sábado, 27 de junio de 2015

Liman son ganas. DP 84


Ya no soy DP, ya no estoy desaprovechaíta, sino todo lo contrario, explicoteo, dos puntos

Todos sabéis, o no, que mi niño de acogida saharaui, Liman, ha llegado a casa. No quiero ponerme sentimental, ni utópica, ni peliculera, quiero, sólo, de solamente, hacer un breve resumen para que no viváis ajenos.

Liman está lleno de energía, de alegría, de ilusión, de ganas de jugar, de nadar, de coger la bicicleta, de comer, de dormir, si, todo eso, él básicamente son ganas de todo, hay que estar aquí para comprobarlo. Esas ganas que él trae son las que yo estaba perdiendo, la monotonía de ser maruja sin más me estaba consumiendo, y todo ha cambiado esta semana, por dos motivos, mi Liman, que llegó el jueves noche y, mi trabajo, que llegó el martes por la tarde.

Ahora ya no paso horas quejándome de mis horas perdidas, todo lo contrario, ahora, que siempre es un ahora, me faltan minutos, como a la mayoría de las personas. Tengo que limpiar mi casita, lara, lara, larita, comprar comidita, hacer comiditas, cuidar de mis tres niños, cuidar y sacar a mi amado Obi, trabajar en turno de tarde, sacar ratos de ocio, etc, y todo lo demás. Y claro que cansa, tanto que hoy he dormido la siesta dos horazas, rrrreventá. Liman estaba de compras, es todo nervio, es todo amor, siempre que ve una flor, la coge y me la regala.

A ver, es cierto que esperaba que fuera más tranquilo, pero es que yo vivo engañada, mis niños son tremendamente buenos y zen, creo que pronto levitarán, y claro, Liman me ha dejado KO, pero no me pesa, no nos pesa. Desde el minuto cero es uno más, que no lo dude nadie, puedo contar mil cosas, pero lo haré poco a poco.

Vuelvo a agradecer el gran apoyo recibido por todos, las aportaciones económicas para el billete de avión, las muestras de cariño constantes, las frases alentadoras, todo, absolutamente todo es algo maravilloso, no sé si podré devolveros el favor, pero lo intentaré. 

Renovada de ganas me despido, y llena de ilusión, como Liman, mi niño de acogida que disfruta hasta bajando por las escaleras, no hay escalones en el desierto, no hay. Ponerse en el pellejo de Liman es imposible para nosotros, pero quererlo y cuidarlo es fácil, muy fácil.



Lucía Morales.


sábado, 20 de junio de 2015

Refugiantes. DP 83



Hoy es el día de los Refugiados, malditos días, ojalá no existirán, ojalá encontráramos todos nuestro sitio, me xplicoteo, dos puntos

Desde que nacemos estamos constantemente buscando un lugar donde estar agusto, siendo nosotros, sabiendo que el otro nos quiere y acepta en nuestra especial naturaleza, y un cierto miedo nos impide entregarnos, por eso puede que nos anestesiemos constantemente, de mil maneras, nos embriagamos, no queremos sentir el dolor de la soledad, del no sitio, del no lugar, y nos volvemos replicantes por ese inmenso vacío, donde estamos solitos y nadie nos canta canciones de cuna. Repetimos ropas, actos, vicios, gentes que no nos terminan de decir nada, compramos casas, hipotecamos nuestro futuro, que es sólo tiempo, lo único que tenemos, gratuitamente nos vendemos, regalamos y nos perdemos en el tiempo.

Por eso sólo amo de verdad a los niños, y por eso soy también una refugiada, busco mi sitio, pero no lo encuentro, no me encuentro. Falta menos de una semana para que llegue Limán, mi niño de acogida saharaui, él que vive en el desierto, que expulsaron de su tierra prestándole arena estéril, sin futuro cierto, sin árboles, sin ríos, sin voz, y no soy mejor persona que nadie, no me considero buena persona, en cambio, todos los que me habéis ayudado a pagar el billete y guardar dinero para ropa cuando llegue, si lo sois, o así os veo, no puedo dejar de estar sorprendida ante la respuesta de mis amigos, y sobre todo, ante todo, de mis no conocidos, sabéis algo de mi para darme vuestro dinero? No, y lo habéis hecho. 

Todavía no ha llegado Limán y ya le sueño, me quedé con él por un motivo, porque a él quería regalarle mi tiempo, ese que me quieren robar por dinero, y voy y me entrego.

A veces conseguimos encontrarnos, en una sonrisa, en un beso, en otros ojos, y por eso puede que algunos vivamos de recuerdos, y otras veces, demasiadas, de sueños.

Está el amor, con mayúsculas, Amor, todo lo demás es tiempo que pasa, porque somos refugiados, todos, refugiantes buscadores de momentos, todo depende del momento.




Lucía Morales.

jueves, 11 de junio de 2015

De Lucía para Andre. DP 82



¿Con qué derecho me tomaste como ejemplo? ¿Crees que este es tu réquiem?
Andre, yo no quise morir, fue un accidente, hubiese decidido conocerte, estar con todos, sobre todo con mamá, ella tampoco ha sabido seguir. Ninguno me habéis sabido llorar, no puedo descansar en paz. ¿Para qué sirve el ángel blanco de mi hermosa tumba?
Cada día de vuestras sucias vidas me volvéis a matar. Hermana loca, tienes todo y no quieres nada, mezcláis indistintamente el bien y el mal ¿Creéis que quemando la memoria llegareis a leer vuestro futuro en mis cenizas? NO.
En nosotros no existe la tristeza real, existe la tragedia de mi prematura muerte que no os hace ni solemnes ni impunes. Andre, el agua es nuestro vínculo, pero no puedo perdonarte por tirarte al río, no soy agua, me convertí en tu sombra, convertí tu voz en una voz antigua, sin matices, por eso quizá pareces una chica hechizada, con tu belleza diferente y tu forma de estar que es una consecuencia, la de que fui, y por eso cambió tu infancia, nadie te dio ni el cariño, ni los besos, ni los abrazos necesarios; me llevé los tuyos y los míos.
Por eso no eres de nadie y al mismo tiempo eres de todos. Escandalosa hermana, ahora vas con esos cuatro chicos, inocentes, cristianos, ajenos, que te miran desde la penumbra, viven rodeados de sus patéticas costumbres, con sus oscuridades escondidas, no como las tuyas, quieres hacer visibles sus sombras. Los atraes más allá de todo sentido común, eres todo lo contrario a ellos, serán tus mártires. Convertirás sus destinos mesurados en trágicos, no deberían cruzarse ciertos límites.
Abuela, déspota oficial, hizo trizas a nuestros padres, siempre. Ella, que esa tarde de abril se adormiló en una tumbona del jardín, yo sólo era para ella una gemela inútil de tres años, jugaba sola y caí en la fuente, respiré su agua oscura y al buscar el aire para respirar no lo encontré, y ahí naciste tú, conversión de la energía, mamá quedó herida para siempre, y papá con sus viajes, sus ausencias, que te hace daño al llamarte por mi nombre, Lucía. Lo siento, Andre.
Pero puede que en el fondo quieras salvarte, por eso el Santo, su voz y sus rasgos antiguos, fuerza dura y adulta cuando reza, y cuando te ama, como tu verdadero padre. Te acostaste con todos, pero tu redención fue solo para y por él, para el Santo. Un secreto más, la hija que esperas, que no conocerá a su padre como tú no conociste al tuyo. Solo te pido que no le pongas mi nombre,  que me olvides, que dejes de morir cada día. Estoy contigo y no me ves, como Jesús en Emaús.



Lucía Morales Ramírez, para Baricco.

martes, 9 de junio de 2015

Dispersia. DP 81




Que yo me entretenía en contarle a los modernos, dos puntos

Es oficial que mi tiempo lo desaprovecho a mansalva; sentencia.
Me pesaba tanto el reloj que lo guardé en un cajón, junto con mi conciencia, y mis aspiraciones literarias, mi longeva carrera artistal murió a ritmo de frustraciones y tango; déjame pasar las horas bailando a ritmo de nada con nadie.
Esta maldita manía que tengo que de ser yo a cada instante me acabará matando.

Trenzo mi cobardía con la desidia y una verdad obtusa, la de mi crisis perpetua, los cuarenta llegan y en el meridiano de mi existencia tengo pocos logros, mermas letras, menguas, sigo viendo pasar las horas, se derraman y funden con el sudor del eterno veroño malagueño.

El viernes pasado, mientras aspiraba quemar tiempo y mis dos kilos de más, tuve un momento milagro, me topé en el centro con un autor con mayúsculas, Ricardo Menéndez Salmón, dueño de libros con garra, y de un cerebro privilegiado, un erudito, pero también un ingenuo, me preguntó qué podía ver de Málaga, para aprovechar sus horas, me ofrecí a enseñarle la ciudad, le ofrecí mi mañana, la soledad hizo el resto.

La Sole que es tan traicionera se fue y vino la compañía de dos extraños, las preguntas y explicaciones que nadie pedía, que allí se quedarían, y yo me entretenía, bajo los rayos de Lorenzo, luego compartimos copas, seguí apurando el aire que me entraba, en forma de sacar partido a esa materia gris encontrada, no pude controlar la loca que llevo dentro, no supe guardar un minuto de silencio, no sé cuantas hadas murieron aquel día, pero murieron; no sé cuantos ángeles se quedaron esperando su turno, sólo, de solamente sé, que le puse la cabeza como un bombo, aquello fue un pin pan, pin pan, del cencerro al bombo y del bombo al cencerro.

Admito que la vergüenza tocaba mi puerta constantemente, pero no la dejé pasar, y ese hombre, tan cultivado y moderno, debió volver al hotel con ansia de soledad, qué tengo yo qué contar a su minutero? Nada.

Todo por culpita de la dispersión, instaurada hace tres años, vino para quedarse, sin permiso, y mi falta de voluntad hizo el resto, no hay víctima sin verdugo.

Algún día una fuerte pedrada me aturdirá y dejará sin habla, mientras, de mientras, seguiré ejerciendo mi maternidad, en esto soy una verdadera profesional y ruego paguita, los niños me han salido estupendos. Y cuando llegue la esperada pedrada espero que me deje sin habla, espero aprender a escuchar, a callar, a invertir mi tiempo, a labrarme un futuro, a encontrar un trabajo, y mientras, de mientras, espero, y el que espera, desespera.

Ma, me, mi, mo, mu.



Lucía Morales.



Mi CV está aquí. Dp 124

Estaba tomando cañas, dos puntos No recuerdo la última vez que escribí un Dp, seguramente hace demasiado, demasiado de todo, para ca...