sábado, 24 de diciembre de 2016

Pies helados. DP 109



Quien no tiene a nadie, quien no tiene un lugar, quien siente soledad constante y continua sin ver su imagen reflejada en ninguna mirada, es un desubicado.

Quien pierde su silla cuando va a Sevilla, quien necesita protección, calma o cuidado, y no tiene, acabará asustado y cansado.

Quien camina todos los días sin nadie al lado, quien tiene los pies, las manos y el corazón helados, no es necesariamente un ser frío, es un ser no querido o amado.

La Navidad es un tiempo extraño, y si nos sentimos solos, desubicados, indefensos, asustados, cansados, fríos y  desconsolados, existe una receta sencilla: no hay nada mejor como ayudar al prójimo para sentirnos ayudados.

Feliz Navidad.




Lucía Morales.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Muñecas rotas DP 108


Para que nos tomen en serio tenemos que enfadarnos, recuerdo cuando la agente del área de Igualdad de mi distrito me lo dijo, al principio me pareció una exageración, hoy estoy convencida de que es cierto, explicoteo, dos puntos.

La mujer es ese ser maravilloso que sale en los anuncios de perfumes medio encueros, esa figura que un día es preciosa y sexual y otro es madre coraje; somos más de la mitad de la población mundial y todavía no tenemos Voz, todavía nos hacen quedar de locas e histéricas, producto de las hormonas o de dios sabe qué. No es una confabulación masculina, es un proceso, una espiral maldita, una falta de respeto continuada y un juego malvado.

Respeto? Para que te oigan y te tomen en serio tienes que llevar traje de chaqueta? Tienes que chillar siempre? Tienes que ser la dueña y señora del NO rotundo? Puede, por desgracia, puede. En toda esta historia hay algo que es vital, la toma de decisiones, si, cuando tomamos decisiones luego tenemos que afrontar unas consecuencias, y es la única forma de madurar posible. Tomar decisiones tiene mucho que ver con el ámbito económico del hogar, con la cantidad de sies y noes que aceptamos y tomamos, con la forma de afrontar la vida y el futuro. Si las toman por ti, conseguirás sólo irresponsabilidad y manipulación, y serás víctima de cualquier verdugo, sea hombre, mujer, estado o nación.

Si decides trabajar, vestir vaqueros, ponerte minifalda, estudiar dos carreras, ser madre, divorciarte o escaparte a las antípodas, eres una persona libre, si esas decisiones las toman por ti, ya eres una muñeca rota... otra.

Parece imposible pensar que una mujer no pueda salir cuando le apetece o hablar con quien le de la gana, pero sucede, nos cuesta ver algunos países que siguen imponiendo burkas y realizando ablaciones, o acordando matrimonios entre niñas y hombres, y sucede. Pensad, es por robarle a la mujer su capacidad de decisión, por arrebatarle esa mínima libertad. Seguiremos viendo mujeres muertas, chicas en prostíbulos víctimas de las mafias, seguiremos con noticias de niñas y mujeres violadas, también niños, hay abusadores por doquier, si alguien no lo para, todo esto seguirá repitiéndose.

Y qué podemos hacer? Empezar a respetar las decisiones de los demás, y sobre todo enseñar a nuestras hijas la importancia de su palabra, de su No, educar con responsabilidad y dejar que se equivoquen y asuman las consecuencias, con cariño y respeto, fundamentales. Si tu vecina grita y llora cuando el borracho de su marido llega, llama a la policía, no mires para otro lado. Es tan fácil cargarse la autoestima de alguien, tan, tan fácil. 
El manipulador empieza de forma sutil a cambiarte, luego te hace sentir completamente sola y con la absoluta certeza de que no le importas a nadie.

Respetar no es dejar que tu hija con 13 años tenga cuenta en Instagram, eso es puro mercadeo que nadie controla. Respetar es tolerar que somos diferentes y que no por eso vamos a hacernos daño. Respetar es discernir cuando una niña es una niña, una mujer una mujer y su dignidad vale todo el oro y el tiempo del mundo, no traspasar ciertos límites, no excedernos, no gritarnos, no tener a nadie asustado en un rincón, o callado, cuántas mujeres no tienen voz ni voto en sus hogares? demasiadas.

La fuerza del patriarcado seguirá hasta que la sociedad lo tolere, esa sociedad que todos y todas conformamos, esa sociedad hipócrita que le da más minutos a las noticas de fútbol que a cualquier otra cosa, y que nos sigue manipulando.

Puedo decir todo esto más alto, pero no más claro.


Lucía Morales.

domingo, 23 de octubre de 2016

Yo también I was here. DP 107


Debería cambiar el nombre de este blog, ser realista y llamarlo Perdía a secas, pero hoy no, vuelvo un rato para comentar una pelí de las desconectar; hace meses que nada ni nadie conseguía este maravilloso efecto, soy simplona y facilona en la sobremesa de los domingos con salud, más simplona si hay mangas largas, más facilona si llueve, si, y si aderezamos todo esto con una siesta de dos horas creo que podría autoprocramarle ahora mismo como Buda zen del mundo moderno marujil, ahí es ná.

Pos voy al lío, mi querida Susan Sarandon me ha cambiado hoy los cánones de belleza, explicoteo, que yo era antes de querer ser Penélope Cruz y tener su pelo y su carrera holibudiense, que yo quería ser una española pechugona que se come el mundo y se lo pone por montera, que pensaba que una melena oscura y unos ojos almendrados tenían un poder irresistible y todo eso, pero claro, los años pasaban y ella no se volvía pelleja y yo si, maldito botox, la Pe era siempre igual o mejor, y yo añejaba por momentos, y claro, como no está el horno para bollos, pos comencé a pasar del tema holibudiense y posé mi mirada y toda mi envidia en Ursula Corberó, que ya son ganas de fijarme en una chica tan joven, y qué pasó, pos que no veía yo parecido razonable por muy endeblita que estemos las dos, por eso hoy ha sido el día de la Iluminación Renovada, cambio de párrafo que ya estoy dando mucha calor aquí.

Mi Susan, que es una actriz como la copa de un pino y un pinar, "de toda la vida de dios", en esta americanada llamada Una madre imperfecta, y yendo más allá de si hay un mensaje o no sobre la soledad, me ha venido a decir que ser mayor no es tan malo, que cuando la cara de una mujer tiene flacidez y todo eso contra lo que luchan las cremas de la tele, pos a lo mejor es tiempo de otra cosa, tiempo de hombres que tengan también sus años, sus canas y su pasado, como tú, querida cuarentona o cincuentona mía, o es tiempo de ver los hijos de otra manera, ya no retoños llenos de mocos ni de ir al pediatra dos veces por semana, que puede que ahora ya de verdad toque mirar a la soledad con cariño y pensar que el tiempo es para dedicárselo a la gente que te quiere, y que no podemos andar dando lecciones de vida a nadie, eso me lo tengo que aplicar más, por eso de que la moral viene y va según muchas cosas. Mi Susan Sarandon se está haciendo mayor y duele un poco, el paso del tiempo duele, no sé, puede que me esté pasando de sensiblona, ainsss, pero verla caminar en esta peli, aparentando la edad real que tiene, me ha dejado muy loca.

Mañana es lunes y vuelve lo locura de mis días, mientras, demientras, para intentar distraer la mente de la llegada del maldito lunes, os dejo la canción que canta Susan en la peli, una de Beyoncé que jamás antes me importó un pimiento, pero que hoy es la que pega, para recordarnos a todos que aunque muramos, siempre dejaremos algo aquí. 

Buenas noches queridos.



Lucía Morales.

sábado, 25 de junio de 2016

Benditos los valientes. Dp 106



Justo ahora, justo cuando decido pensar menos y ser más bacteria que otra cosa, justo cuando elijo la simplicidad, llega la otra y me dice que me lea un libro de neurofisiología o no sé qué porras.

Me estoy quitando de casi todo, salir a tomar alguna cerveza en un sitio tranquilo es de lo poquito que pido. No pretender más, es de lo poquito que pretendo, y es que nunca fui amiga de la ambición, ni de la codicia, ni de los grandes grupos de personas, ni de tantas otras cosas que no vienen a cuento, pero que son verdades categóricas sin rechistamiento.

Y decidí conformarme con muchas negativas que son tan duras que ni te las dan, tienes que imaginarlas, y claro, una mente como la mía, otra cosa no, pero imaginación tiene para escribir la saga de Las Chorradas Infinitas y Algunas Epifanías y Tal. Por correo, por teléfono, por las redes, por la vida, por los ojos malvados, por la salud que falta a veces, por un trillón de razones vivimos negados a reventar, y con todo eso que te guardas, con ese millón de sentimientos negativos escondidos, vas y te piden una jornada de reflexión, si, al pueblo español que destaca por ser como yo, un pueblo que sabe que lo mejor es ir de vez en cuando a tomar cervecitas, gente y personas que a vista de un futuro no speak english, ya entendieron que gobiernen rojos o azules aquí la máxima es robar, no sé, puede que algún día esto termine, pero por ahora sólo veo corrupción y conformismo, ando en el segundo grupo - desando, mejor dicho.

Y llega la rubia y me dice a las ocho de la mañana que me lea un libro de neurofisiolechesfritas, le pregunto el motivo y coge y me dice: Para subir el nivel de nuestras conversaciones. Y se queda tan pancha; sorda, ciega, coja, medio loca y pancha, y yo y mi casa recién pintada y mi flequillo nuevo, nos quedamos locos relocos, así no hay relación amiguil que pueda perdurar en el tiempo, se merece que le estrelle en la cabeza el puñetero libro ese que dice.

Subir el nivel de conversación? Pero alma de cántaro, si no tengo una doctorado en runrunes porque no lo hay; mujer de dios, si no me han dado mil premios es sólo, de solamente, porque decidí ser sólo lista con algunas personas, que elitista soy un rato largo, y escribir menos, leer más, hablar menos, oír más, y un montón de cosas que las pienso yo solita en mis trescientas horas marujiles solitarias, entre eruditos que escriben bien, apuntado en las cuatrocientas libretas que tengo, Qué gasto más bolígrafos que un colegio entero! Por Dios, si existes, dile a la rubia que yo así no puedo vivir, que me hace escribir un dp hoy, que supuestamente tenía que estar reflexionando sobre partidos políticos, que tenía que tener postura de pensar, cara de pensar, entrecejo fruncido, y tal y tal y tal.

Qué bonita es la humildad del que sabe que no sabe nada! Y qué bellos han de ser los valientes, los que van con sus verdades por el mundo en un estandarte ondeando al viento! Qué belleza los osados que sucumben a la lucha aún sabiéndose vencidos! España cervantina mañana volverá a dejar en manos de cualquiera su futuro no speak english, seremos de nuevo Quijotes que luchan de boquilla contra sus molinos pero en petit comité, en vez de enfrentarnos ya a la puñetera verdad: Todo se va a la mierda y veremos a ver si hay mierda pa´tos.

Sin ánimo de ser negativa me despido. Benditos los valientes.



Lucía Morales.




viernes, 10 de junio de 2016

De una rotundidad oficial embriagada. DP 105



Colocarse es más fácil de lo que la gente piensa, es por eso de ser gente, si fueran personas, como mi mismísimo YO, la cosa sería distinta y pensarían de otra manera, más profunda. Explicoteo, dos puntos.

Ando embriaga de la misma vida y sus efluvios, por este mar de olas -llamados días, llamadas horas- estoy colocadita perdida y a pique de un repique. Llevamos tres semanas de obras en casa, qué digo en casa! en el salón, pero parece que todo lo demás ha decidido implicarse, en cualquier modo y forma, susceptible de comer mierda por doquier, vivo pegada a la aspiradora y cansada cansadísima.

No entiendo que no nos toque la lotería para meter gente a limpiar, que ya tengo una edad y os juro que no puedo, mientras la gente, repito Gente, que no personas, van a la playa o another cosas, en mi casa nos la pasamos moviendo muebles, haciendo boquetes, tirando escayolas, poniendo sábanas, lavando cortinas, lijando, pegando, barnizando, y todo lo que termine en ando y que básicamente sirva para ensuciando.

Dice la rubia que es que quiero poner mi salón en modo Versalles, bueno, eso a veces, otras veces dice que si es que quiero hacer carreras de galgos dentro, ella es que se relía, las carreras de galgos las realizo de manera clandestina en la terraza y sus mil metros, ruego un poquito de discreción, son carreras ilegales con apuestas ilegales y no se debe enterar la pasma ni nada.

Me duele la pelota cantidubi dubi dubi, cantidubi dubi da. Es por culpita del puñetero barniz del suelo, y serán dos días de esto más lo que quede de secado y su puñetera nación, maldita la hora en que me enganché a Divinity, a sus Casas a juicio, a sus Minicasas, a la Hilary, al otro y al de la moto. Tanto querer poner mi casa preciosa me acabará matando.

Fuerparte debo informaros que semos democráticos familiares a reventar, lo juro. He sido dos veces miembro de una mesa electoral, y mira que de patriota no tengo absolutamente nada y que de joven me proclamaba anarquista y tal, pero esta vez le ha tocado al hombre que vive en casa, pobre de él, no sé como leches le voy a decir que le ha llegado la cartita del Estado ese que le chupa la sangre por ser autónomo, y que le solicita mil horas a la comunidad por el bien de esa misma comunidad por unos cincuenta leros. De verdad, esto es para volverse loca, más que nada por esnifar barniz.

Lo que yo os diga, estoy con las ideas nubladas, el terral afuera, ahí, acechando, acojonándonos vivos, la casa llena de polvo y una carta que entregar al hombre que decidió tirar mi estantería de escayola, que era más bonita que un San Luis, para modificar el salón, ese que no quiere que vea tanto Divinity y que resulta que le gusta más la decoración que a un tonto un lápiz; repito, para volverse loca.

Ahora que caigo, lo del que estemos día si y día no en las mesas electorales tiene una explicación política lógica, debe ser por eso de que soy ahora amiguísima de Paco de la Torre y porque el Rajoy me persigue, si, debe ser eso, es la única explicación posible.

Espero volver a mi antigua paz y tranquilidad del hogar, y poner un felpudo en la entrada de Home Sweet Home, andar descalzos por el parque, tirar comida a las palomas... andayaa! lo que quiero es irme de vacaciones y mandar a tomar por culo tanto marujeo. Me despido drogada y cansada. 

Hasta pronto amigos.




Lucía Morales Ramírez


miércoles, 18 de mayo de 2016

Arde Babylon. DP 104



Unos nacen con estrella y otros estrellados, unos con la fortuna de su parte y otros se la curran día a día a destajo, todo es rueda y  círculo formado, pescadilla que se muerde la cola con más fuerza que mil demonios borrachos y cuarenta vírgenes rezando.

Esta es la historia de siempre, la del que está arriba actuando en el escenario y la del que está abajo, mirando, siempre mirando, algunas veces aplaude, otras chifla, otras veces se duerme, y lleno de cobardía y sin mucho fundamento en su juicio, vuelve a su casa opinando del valiente que se subió al escenario.

El que sube y presume debe hallarse con cien padrinos, los hados cerca de su alma revoloteando, las musas certeras, un apellido ilustre, una carrera con rancio abolengo y, ya puestos, con belleza y cultura de la de andar por barrio, si no se entiende el asunto en cuestión ya puedes culpar a la falta de códigos, que si no me entiende nadie, que si nadie me quiere, que si yo es que soy más listo o lista, que si hoy era un mal día; de excusas y motivos podemos escribir mil libros, pero lo cierto, lo realmente cierto, es que casi no existen certezas -ni mucho menos milagros.

Mis códigos van por derroteros extraños, encuentro consuelo en quien me aporta algo, quien me lo aporta con sutil belleza, y aún siendo marinera literatural no me subo a todos los barcos. Seguiré enamorada de las palabras bellas, esdrújulas, escribiendo al vacío y concatenando.

Arde Babylon, ciudad de jardines colgantes, llena por obra y gracia de Sumeros, Helenos, Nabuconodosores, fue necrópolis amurallada con puertas, puentes, palacios, torres y santuarios.

En ella, la Torre de Babel -con todos hablando- cada loco con su historia, cada egoísta con su memoria, y a fin de cuentas, sin nadie queriendo ni sabiendo escuchar, y desde sus sótanos había gente que quería alcanzar los cielos, así, en plural, comenzaron hablando igual, y al alcanzar la fama se dispersaron las lenguas y de ahí que podamos culpar a la Torre de nuestra incomprensión y del abismo de nuestras soledades.

Seguiremos danzando por este alocado y caótico lugar llamado vida, buscando cómplices que hablen nuestro idioma, para llorar y reír juntos, bajo la mirada de gente de todo tipo, algunos buenos y otros realmente malos. Y seguiré enamorada de la verdad y sus formas, con un pie en la cocina y otro entre libros y autores que me arañan y desarman, buscando una buena historia que novelaros, en fin, siendo madre que aprendió a hacer pucheros mientras filosofaba, enamorada de Pombo y su historia de La niña, que me atrapó porque lo bueno es bueno, sin querer y sin cesar. En fin, en resumen resumiendo, concatenando.



Lucía Morales.



viernes, 13 de mayo de 2016

Somos de barrio. DP 103



España es un país de pandereta, con barrios de baratillo, señoras con monedero en el sobaco, hombres que fuman Ducados y beben carajillo desde temprano. España es dura a reventar, tenemos mucho sol, mucho paro, cerveza, Cañas y barro, subvenciones a los toros, paraísos fiscales en Panamá, chicharras en verano, desahucios, muchos ERES y niños que comen en un comedor social, de eso cada vez más.

He intentado engañarme desde el día en que nací, aún odiando las princesas Disney. Por eso del escapar de mis fantasmas me he agarrado a palos ardiendo que me han dejado el cuerpo en carne viva, lleno de llagas, y pese a ser mujer risueña como pocas, y a veces incluso feliz, hay una niña escondida calladita que llevo dentro, que guarda secretos, intentando sentirse clase media y que se lía; coche nuevo, apartamento en la playa, piso en buen barrio, hijos musicales. Pero no, la niña de barrio que llevo dentro ha vuelto a salir, por culpa culpita de Sara Mesa, la antidisney de ahora, joder, es que clava la realidad, clava la oscuridad, huye de todo artificio, te rasca en la herida, te recuerda que pese a todo, la niña que callas es pura Cicatriz.

De la soledad, Sara sabe; de las hipocresías sociales, Sara cuenta, de lo que no muchos están dispuestos a decir. Puede que tú lector tuvieras una infancia entre pompones rosas, entre nubes de algodón y llena de comunicación y besos. No sé, puede que la rara sea yo, o quizá recuerdo demasiadas cosas malas, no sé, ya digo que no lo sé.

Y leyendo Cicatriz, ahí me quedé reloca, qué nos pasa que no queremos admitir que nos sentimos tan solos? Qué nos sucede cuando vendemos nuestro alma por un poco de cariño? De una casa triste, con familia triste, de triste barrio, qué puede nacer? gente triste, verdades amargas, rutinas grises, y luego crees que el consumismo puede salvarte, si, salvarte, tan fácil es conseguir la felicidad con una camiseta de Zara, o un bolso de Sfera, tan fácil parece si algunos domingos puedes salir a comer fuera. 

España es un país de pandereta que se avergüenza de que hasta hace poco tirábamos monedas al gitano de la cabra. Ahora vendemos humo, compramos humo, somos humo, como la clase política, puro humo que se esfuma y escapa. Lee Mala letra para recordar donde estás.

No quiero sembra el terror, el terror lleva sembrado muchos siglos, que aún pareciendo más negra que un lago negro, leyendo a Sara he disfrutado, es difícil describir como ella lo hace, crea un ambiente asfixiante y real en medio párrafo, te engancha, te atrapa con su prosa anzuelo, y te rindes a sus pies, por soberana, que si premios tiene, yo más le daba.

Incluso a veces creo que escribo yo, no por autora sublime, No,  por detalles que a otros se les escapan. Ella habla de códigos, de epifanías, de la belleza de las palabras esdrújulas, de llevar una Moleskyne en el bolso, de la culpa, siempre inmisercorde, y un sinfín de detalles que creía poseer en exclusiva. 

De ella me quedo con todo, con su construcción de atmósferas y personajes, con su ritmo trepidante, con su manera de jugar con el tiempo, con la forma madura que tiene de afrontar la literatura, con su particular mirada, que no es más que ver las cosas como son En la realidad.

Me despido con una frase del protagonista masculino de Cicatriz, un hombre solitario y extraño, tan consecuente como fetichista, a veces loco, otros incalificable. Dice algo que todos queremos cuando somos infelices y pocos se atreven a admitir:

Solo quería escapar.




Lucía Morales.




domingo, 1 de mayo de 2016

Sin querer y sin cesar. DP 102



Llevaba un tiempo callada, hoy vuelvo revosadita de cosas que contar. 

No fui a una Venta a comer con la familia por el Día de la Madre, no hice una gran paella ni nada parecido. Cogí el bus con mi prole y nos plantamos en el Palmeral del Muelle, venía un grande, una bestia de la palabra, ando algo enamorada de un párrafo que le leí hace poco en la nueva revista de relatos Tales, qué digo algo enamorada, estoy colada hasta las trancas, como una perra, me considero devota de ese párrafo lleno de contrariedades, como la vida misma, es mi nuevo amor masculino literario, sin querer y sin cesar, por un columna escrita en esa revista, que se titula La niña

Entiendo que soy una psicópata neurótica, lo entiendo y lo admito, pero es lo que hay, quien no lo haya leído no lo entiende, lo siento, hay cosas que no se pueden cambiar, por ese párrafo soy capaz de muchas cosas, como hoy, volver a publicar.

Alvaro Pombo llegó al Muelle con sus 77 tacazos y una humildad a prueba de bombas, al final va a ser verdad que leer es bueno, que tanto leer es bueno, me presenté diciéndole que no era nadie, y me lo confirmó diciendo, ninguno somos nadie, veis? Soy lista a rabiar, me codeo con eruditos para confirmar sentencias, nos retratamos y lo subo a Facebook, un pie en la vanidad y el otro en modo trascendental.

Hubiera sido maravilloso escuchar todo lo que decía, por alguna extraña razón no había micrófono para la presentación del evento, y los entendidos y yo nos hemos pasado una hora leyéndole los labios al erudito, eso duele, vas a oírle, y no puedes, lo poco que escuché aseguro que iba más allá de lo genial, ha prometido volver en otoño, o puede que lo haya imaginado, no sé, insisto, esa mente cultivada es otro nivel del pensar.


Molo y el mundo se ve que a veces no vive ajeno, se me ha sentado al lado el Alcalde de Málaga, Don Francisco, hablándome con total naturalidad, visto lo visto yo le decía Paco y no me cortaba un pelo, es un encanto de hombre, sabedor de la pedazo de persona que hoy visitaba nuestra ciudad, y quiero informaros que ahora es mi nuevo más mejor amigo, sin querer y sin cesar, ha estado a pique de un repique de invitarme a almorzar, si, flotaba en el aire, pero se tuvo que marchar a no sé qué de las cruces de mayo, me quedo loca con su agenda apretada, lo hemos comentado. El gana votos y yo amigos nuevos, gracias a mi culturalidad.




Creo que he perdido ritmo y fuelle escribiendo, no debí dejar tanto el blog, pero es que estaba intentado madurar y dar un gran salto en mi escritura, maduraba leyendo a los grandes, porras, cuando llevo un rato tecleando tiendo a versar, nunca entenderé mi lado poeta, espero perderlo cuando me llegue la madurez esa que ansío sin querer y sin cesar.

En tiempos de cultivo y barbecho, en modo sólo lectural, no penséis que no escribo, sólo que lo hago mentalmente, para mí solita, así nadie me podrá dañar, me ahorro exponerme y sentirme pública, leyendo callada nadie juzga, mientras sigo buscando respuestas, apuntado palabros preciosos, mirando diccionarios, adorando a Salinger, conociendo autores buenos de verdad. Incluso hoy me planteé enviar un relato a esta nueva revista, pero no sé cual, juro que no sé cual, buenos de verdad tengo pocos, si me atrevo y lo envío ya contaré, si en unos meses no cuento nada, os ruego, no se os ocurra preguntar.

Ahora con vuestro permiso voy a tumbarme en mi sillón un rato, necesito seguir leyendo a mi nueva amor femenina literaria, Sara Mesa, que me quita y me pone las ganas de tomarme en serio ser escritural. Vuelvo a su novela Cicatriz, que ahonda y ahonda.

Sed felices, leed mucho, sin querer y sin cesar.




Lucía Morales.





jueves, 31 de marzo de 2016

La hoguera de mis vanidades. DP 101




Mirarse el ombligo causa dolor y llagas, quererse tanto está sobrevalorado. Vivo un modo fea sin precedentes, y con el firme propósito de pasar de patito a cisne, me cueste lo que me cueste; eso me acabará matando, lo juro, esto me acabará matando.

Tengo la cara como el Kiko, y no me alimento decentemente ya ni me acuerdo, no por anorexia, que bien podría subirme a ese carro dada mi endeblez, ni por falta de recursos, es por invertir en una sonrisa de anuncio, y si me siento coartada respondo, por salud, que lo dice mi ortodoncista, por salud que es lo primero.

Maldita la hora del comienzo de esta penitencia, y maldita la primera entrega a cuenta, perder sexapil es un verdadero infierno, ver como el colágeno brilla por su ausencia, las arrugas acechan mis ojos, y ser ya, que si que lo soy, Maricarmenysusmuñecos, me tienen negra negrísima. Virgensanta con lo que yo he sido! que estaba más buena que el pan, buena de rechupete y de untar, todo eso era y un poquito más, tantísimas enritaciones me han pasado factura, eso, y que ya no tengo veinte años.

Total, que las chicas jóvenes que andan medio en bolas me achicharran día a día, con esos pantalones metidos por sus culos, y esos escotes de vértigo, que los otros días iba una delante mía andando, que estaba tan tan buena, que al llegar a casa me quité el chándal cutre y lo quemé en la hoguera. Si, así de loca estoy, aluego quemé las bragas del carrefour, que son dignas de denuncia por asexuales. Y así me la paso, pensando en mi pretérita belleza y en qué puedo hacer para recuperarla. 

Esta mañana chateando con mi rubia, para variar, me estaba contando no sé quécoño que le pasaba, y le dije que por lo menos ella no está desfigurada por una ortodoncia, a modo de consuelo, que soy su amiga del alma y así consuelo y tal, la muy mala persona me dijo que no sabía si tomarse mi desfiguración como consuelo, que no le terminaba de convencer. Maldita la rubia también mil veces, con lo que consuela que tu amiga sea más fea  o más gorda que tú, por lo menos a mi me entra el alma en el cuerpo con este tipo de superficialidades. 

Los hombres no entienden todas estas cosas superprofundas, es más con los años se ponen más atractivos e interesantes, como mi Kevin Costner de mis entretelas, que me vi la serie de Hatfields and Mcoys del tirón una tarde de domingo y me imaginé mil veces estrellada contra una pared en su cabaña de madera, con esa barba, esos ojos azules, esas canas, esa mirada tan seria, con ese macherío tan grandísimo, lamadrequeloparió en la gloriasequedó.

Y no me importa que se ofenda por leer esto el hombre que vive en mi casa, es otro bicho malo, que le he dado hoy mi DNI para unas cosas y tal, y al ver la foto, del año pasado, conste, que no es tan antigua, del a ño pa sa do, ha dicho, uyns, qué joven estás aquí. Como no cambie esa actitud tan negativa hacia mi persona ya le veo firmando aquí, aquí y aquí, con custodia compartida, por supuesto, que yo aguantaré muchas cosas, pero jamás de los jamases que menosprecien mi ajada belleza en toda mi cara.

Vivo sin vivir en mi y muero porque no muero, no sólo estoy mayor y desfigurada, sino que me cuesta aceptarlo y albergo esperanzas de un renacer de tía buena, porrasya!

Me despido con un tema temazo que confirma que estoy malita de la pelota y todo eso, pero no tanto como nuestros líderes políticos europeos, que cierran fronteras a los refugiados y los mandan ancá Turquía, que se han puesto tan contentos al ver los primeros refugiados que los ha recibido a balazos. 

La mayoría somos pura y obscena vanidad. Bye bye.




Lucía Morales.

martes, 15 de marzo de 2016

David contra Goliat. DP 100



Cumplimos años, sueños, promesas, cumplidos; cumplimos y descumplimos, dentro de este caótico lugar llamado mundo, buscamos sentido al sinsentido.

Y después de horas mirando el teclado, nadando entre incertidumbres, trato de hacer grande lo que para muchos es difícil ver, el vaivén de ser y no ser.

El miedo es lo que pretendo hacer ver, eso que para y agota, ese temblar que asusta y maneja vidas, ese demonio que no es tal, es quizá, a veces, la única manera de saber que estamos a un plin de perderlo absolutamente todo, y si anida en ti, no te escondas, es más poderoso que mil dragones, está para que aprendas que sin él no hay valor, ya que todo existe y es real, si entiendes que la nada también está.

No hay belleza sin fealdad, no hay ruido sin silencio, no hay guerra sin paz, ni enanos sin gigantes, ni luz sin oscuridad. El amor existe para compensar el odio, subir contra bajar, entrar y salir, mostrar, ocultar, hablar y callar, prender, soltar, perder, ganar, y no hay dulzura sin hiel. Ya lo dijo Melville, "En este mundo no existe cualidad alguna que no proceda del contraste".Yin y yang, yin y yang.

Admito tener mucho miedo de lo desconocido, de la adversidad, y no soy cobarde por eso, poso mi mirada ante personas valientes que luchan con sus leviatanes sin más opción, guerreros y guerreras que son David contra Goliat.

De las vergüenzas del ahora podría escribir hasta reventar, y nada aliviaría el dolor de los que sufren sin piedad, los niños refugiados en una lancha hinchable huyendo de una guerra de egoísmo y pura maldad, los padres y madres que sólo tienen su vida para negociar, o la enfermedad del ahora, el puto cáncer que se ceba y se ceba y cae en los hogares como una verdadera bomba universal.

Todos navegamos en el mismo mar, unos con suerte, otros sin ella, ricos y pobres, chicos y grandes, malos y buenos, cada uno con un principio, y todos con el mismo final, en medio la vida que viene y va.

Ninguno de ellos tiene más opción que luchar, hay solo dos caminos, todo y nada, no existe más oportunidad, entre versos vergonzosos quiero felicitar a Barbie Malibú, a la bella Esther que lleva cuatro años de risas y llantos, de quimio y radio, entre familia y amigas, hinchando sus pulmones y sosteniendo su mundo con huesos de titán, con un corazón inmenso y ganándose todo el cariño y respeto de los que la hemos podido tratar.

Y entre pasillos de hospital, pruebas, resultados, pastillas y demás, sólo quisiera felicitarte por existir, darte mi apoyo y decirte, escribirte, que eres un imán, que tu sonrisa alumbra toda oscuridad y que ojalá pudiera darte algo más que este texto. Esther, hoy y siempre te deseo Felicidad.




Lucía Morales.

domingo, 21 de febrero de 2016

Pasillo de perdición. DP 99



Lo de viajar y tal tiene su gracia, aprendes cosas, amplias las miras y todo ese rollo positivo, tengo viajes que narrar con su aprendizaje y eso, pero por donde más ando, por donde más voy y vengo, es por un sitio cercano, por un lugar zigzagueante, mi pasillo, en él me pierdo tanto que no hay forma de encontrarme, dos puntos

Empieza en el rellano de la entrada, como en todas las casas, y como vivo en un piso grande, mi pasillo es grande, y como la recorre entera, mientras deambulo por él, me recorro entera.

Puedo empezar por la cocina, que es otro comienzo y querer llegar a la salita y sentir que el viaje fue en balde, me tropiezo con pelusas en el suelo y aprovecho para sacar la escoba, ya ahí hay parada obligatoria, mis compañeras de viajes me eligieron hace tiempo, son la escoba y la fregona, indispensables para tener el suelo decente, las tengo siempre preparadas, me esperan en el lavadero todos los días, no nos fallamos, los útiles de limpieza no están valorados hoy en día, lo digo en serio, de que sirve tener una gran casa, bonita, acogedora o moderna, si no está limpita? No sirve de nada.

No siempre consigo llegar a mi dormitorio, me distrae la vida, esa vida y sus constantes curvas, no existen caminos rectos, y al fondo, al fondo a la derecha, de todas las derechas, cuando parece que llegaré a mi cama, voy y sigo, al otro baño, el mío, el que tiene pinturas que no uso, cremas caducas y silencio mortal, a veces me escondo allí, cuando algo me supera, cuando de verdad, la verdad verdadera me dice que ya no quedan salidas.

En estos metros de largo corredor me puedo encontrar con más cositas, todas a ras de suelo, soy de mirar para abajo, puedo ver huellas de pies descalzos, me enferman, y vuelvo a sacar el cubo de la fregona, el detergente, y camino dirigente hacia el cuarto baño del fondo, pero vuelvo a perderme, en la mitad de esos pasos me encuentro con que no tengo banda sonora musical, y paro, y pongo algo acorde con mi estado, ahora ya estoy menos sola.

A menudo me pasa eso, que voy y vengo y por el camino me entretengo, y me pierdo y me pierdo, y se me junta algo que espero sea coyuntural, tiendo a la dispersión, maldita ella, me hace parar en todo, en pensamientos, en titulares, en esquinas y recovecos llenos de pelusas de nuevo, el divagar pasilleando es un nuevo referente en mi.

Para alguien así, proclive a estas cosas, lo suyo sería un pasillo corto y ancho, a modo de sala central, con poder y fuerza, elegí mal mi hogar, está claro, escogí muchas habitaciones dispersas, como yo misma.

Hay pruebas que corroboran todo esto, cuando alguien viene a casa e intenta dirigir sus pasos hacia un solo lugar acaba perdiendo también el rumbo, se ve que se contagia la enfermedad del pasillo, y de mis niños ya ni hablo, la mayor siente el peso de estos metros cada día y me la encuentro a veces muerta de risa en cualquier parte del pasillo sin tener ni pajotera idea de hacia donde iba.

Mi madre ya es mayor, y dice que tiene un poquito de Alzheimer, me niego a creerlo, duele tela eso, y de hace unos años acá pierde el rumbo en muchos lugares, lo del pasillo lo amplia ella por la vida en general, a lo mejor heredé eso, junto con los problemas de circulación y la papada, ya podía haber heredado sus ojos, malditos genes saltimbanquis.

La cosa es esa, que olvido la razón de mi partida, que cuando lo recorro se me va la cabeza más de lo que considero normal, y hago de todo, tardo varias vueltas en saber qué es lo que me proponía al principio de mi viaje, y me lo paso bomba sola, sobre todo cuando reparto la ropa doblada y planchada, es fácil encontrar calcetines y bragas en lugares que no le corresponden, es fácil que deje el cristasol y el trapo olvidados a la vista de las visitas, porque seguramente me paró mi cabeza donde de verdad quería estar, en la salita, epicentro de mi piso, la salita está rodeada por lo demás, y ahí paso las horas, escribiendo o perdiendo el tiempo en Facebook, recuerdo, soy de fácil perderme.

Qué más da si voy de un dormitorio a la cocina, o del salón al baño, pasaré por el pasillo, me perderé mil veces, sólo me encontraré algunas, serán justo en el medio, en la salita llena de muebles de madera, en mi centro oscuro y solitario.
Mi pasillo es todo interior, sin ventanas, pero con muchas corrientes, el frío lo inunda en invierno, me obliga a dar más vueltas en busca de calcetines, trillones de calcetines que no alcanzan a calentar nada.

También puedo elegir salir fuera, que no le he dicho, mi hogar tiene una terraza digna de carreras de galgos, ahí me pierdo menos, miro a la gente que pasea, no hay más, no hay lugar a confusión, aquí mi mirada es la única que se siente perdida, es más fácil mirar para fuera que mirar para dentro, siempre.
Los días de estar harta de mi elijo eso, mirar hacia fuera, desde la terraza, tan larga ella, con todo el viento del mundo, decidido a llevarse mis malos pensamientos, y yo, decidida a enresevarlos dentro, cuando me recorro y zigzagueo.




Lucía Morales.

jueves, 18 de febrero de 2016

Depedeando que es gerundio. DP 98



Vamos a darle caña al mono que es de goma. Aquí el mono soy yo, la caña, seguir depedeando, y la goma..., la goma es la vida y sus circunstancias.

Me prometí llegar a los cien dp, tuvieran éxito o no, contaran algo o no, y no soy de prometer nada, que de pequeña vi la Princesa Prometida y me costó la vida empatizar con esa rubia guapísima, decidí empatizar con el cura del final, era gracioso y tenía unas gachas en la boca muy cuchis. Pos eso, que debo publicar tres puñeteros relatitos más y creo que me acabaran matando, si, escribir y vivir mi peligrosa vida me resulta ciertamente incompatible.

Explicoteo, no puedo compaginar hacer las camas, limpiar, lavar ropa, pensar comida, preparar comida, incluso, intentar comer comida, madrerear y Obirear con escribir la novela del siglo y ser una afamada bloguera, tengo que ceñirme a la realidad, man que os pese, man que pierda, es justo y necesario que siga aburriéndome con este maldito marujerear que llevo, por culpa de la frase que circula en las redes y es una Verdad Verdadera, dice, Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina, es mortal.

Veis, estoy a pique de un repique, jolines, con lo listibiri que soy por qué leches no me dio por sacarme unas oposiciones, si es que podría haber sido Notaria, firmar y firmar y ser rica a reventar, pero no, me dio por educar a mi prole y verlos crecer y todo eso, es que no puede ser, y si es cierto que puede ser, pos que me den una paguita, como contraprestación por mis servicios, proclamo justicia madril.

Menos mal que tengo a la rubia que me salva, en tres semanas nos vamos de concierto, con nuestro amados Mártires del Compás, mientras, de mientras, quedamos todas las semanas y rompemos nuestras monotonías, somos indignas y perdemos el norte, la compostura y la vergüenza, que os recuerdo que es mi nueva etapa en esta vida, sentir vergüenza a cada rato, y como me pilla de nuevas, pos vivo en un sinvivir, y muero porque no muero.

Mi rubia esta mañana, en un ataque de lucidez sin precedentes, me ha dicho que tiene ilusión porque salgamos una noche en limusina, nos arreglemos como putas, bebamos como cosacos y nos hagamos un millón de selfies con nuestros móviles de ocho núcleos, me he quedado loca, pero ella dice que si, que por dentro las limusinas molan mazo y que saldremos reketeguapas y daremos tela de envidia a nuestros amigos del alma del Facebook, eran las 7.30 de la mañana, no me veía con fuerzas ni moral para discutirle, ergo, he aceptado. Así que ya tenemos dos eventos programados, el del concierto de los Mártires y el de la Limusina, y todo compatibilizado con los pucheros, los baños y los traslados al conservatorio, colegio e instituto, puro frenesí, con deciros que he tenido que bloquear a Jesús Calleja porque me estaba acosando, venga a pedirme que hiciera un programa con él, qué loco está, y triste y cabizbajo ha optado por la Pataki.

Y ahora que os dejo pensando en mi emocionante vida me voy a seguir jugándome el tipazo, me toca Espumar el puchero.



Lucía Morales.



jueves, 28 de enero de 2016

De caballos y ballenas. DP 97




Si fueras un animal cual serias? Elegí una ballena hace mucho tiempo, tenía dentro otros, y la elegí a ella, grande, poderosa, maternal y llena de cantos que sólo, de solamente entienden las ballenas.

Dentro tengo caballos salvajes, intento dormirlos a cualquier costa, silenciarlos, matarlos, justificarlos, arrinconarlos y que se arrepientan, es por eso de las etapas, de las maneras, estreno una nueva que no sé cuadrar, y que despierta incertidumbre y desconcierto en los demás, es la Era de la Vergüenza.

Se te mete dentro si la dejas, y te come, arrastra y envenena,  inabilita la locura y lleva a un desierto sin noches ni estrellas, con un silencio creciente y cruel, y cuando te preguntan qué te pasa, no sabes la respuesta, ya no las tienes todas, sólo más preguntas, y látigos, arpones y cazadores de ballenas.

Empiezas a matar una parte de ti cuando conoces tus vergüenzas, y crees morir cuando ves que los demás las ven y las tientan, cuando crees que lo único que hay tras la originalidad y el desparpajo, es quizá una palabra fea y horrenda, la que tengo en la punta de los dedos y la lengua, atascada en mi garganta, bloqueando el texto, Esperpento, cuando te ves desde fuera, y sólo logras verte de esa manera.

Estoy falta de pompones, figuras literarias, y sobrada de rimas y leyendas, ahora que estoy tan cerca de tirar la toalla de la doma de mi caballo salvaje, y de los asesinos de ballenas, vuelvo a buscar muletas, quiero leer Moby Dick, emocionarme y entender su alegoría, luego puede que siga buscando una historia digna de ser escrita, para consuelo mío y de los que todavía me leen y tienen fe en mi.

Y es que es cierto que si los caballos no galopan no son bellos, y que si matas la locura que llevas dentro, anulas una parte de ti, y puede que sea la más bella, la que atrae miradas ajenas. Cuando me falte el tiempo para sentarme frente al ordenador me arrepentiré de todos los minutos tirados a la papelera. Espero que antes de cumplir los noventa pueda regalarle al mundo mi primera novela.



Lucía Morales.

martes, 19 de enero de 2016

Otro Peter Pan. DP 96



Querida mía que no es que yo lo diga, es que la historia se repite constantemente, la de tu cabeza, sueño y pensamientos, y la de otra persona que es un lobo con piel de cordero. 

No es la primera vez que sucede, ni será la última. Tú anhelabas un cuento, él otro distinto, pero como en esencia os sentíais tan protagonistas, especiales, únicos y bellos, pues decidiste tirarte al vacío y volar, sin paracaídas, sin colchoneta para amortiguar el golpe; y caerás, te darás de bruces, completamente sola, te levantarás luego sacudiéndote el polvo, llena de heridas y, con la poca dignidad que te quede, mirarás al cielo y puede que con el tiempo olvides y puedas esbozar una sonrisa, sobre todo para una cosa, para reírte de ti misma.

Hace unas semanas leí una novela que se considera obligada en la actualidad, de un autor de renombre, con frases demoledoras, Intimidad, una historia para nada original. Nos narra la noche en que un hombre de clasemediaalta decide irse de casa, abandonar a su mujer y a sus hijos pequeños, dejar su comodidad y estatus básicamente por una cosa, la que subyace en casi todos los divorcios de clasemediaalta, follar más.

Y no es que yo esté aquí para juzgar al protagonista, no, para eso ya tiene él su conciencia, ni vine para calibrarlo, ni para recordarle a nadie lo bueno y lo malo de mantener una familia, ni de tener responsabilidades a cambio del regocijo donde habita, no, es que este tipo no es capaz de ver más allá de su polla, y no es, por mucho que se justifique, ni que intente manipular nada, no es más que otro Peter Pan.

Merece una paliza, o vivir a partir de toda su cobardía, en eterna soledad, esa que te nubla el cerebro, la que le quita el sentido a todo, la que lleva de cabeza a la noche fría llena de alcohol, a gente desconocida que regala su intimidad por no sentir su vacío tan ensordecedor. El protagonista se marchó de casa sin dar explicaciones, sin despedirse, no dio la cara, por eso lo condeno, hay algo que no perdono en algunos hombres, que te hacen sentir culpable por no estar todo el día con una cerveza en la mano y la otra ya sabemos donde. Pura falacia, cobardía, egoísmo y tempestad.

Todos tenemos etapas de querer seguir viviendo en un cuento, yo la primera que me engaño también cuando paso horas y días rodeada de monotonía, lavadoras, pucheros y ningún bombonero que me prometa el cielo en la tierra.

Llamadme loca por no querer que venga nadie de fuera a contarme un cuento, que para narrar, hace tiempo, me basto y me sobro yo.

Y si un día me despierto y veo que mi vida también es un embuste, entonces ya veré qué hago, quizá deba callarme, puede que mi realidad sea también mentira, y de golpe se voltee mi tortilla, entiendo que cabe esa posibilidad.



Lucía Morales.




jueves, 14 de enero de 2016

Gente que viene y va. DP 95







Vuelvo a la orfandad impuesta, la que producen los finales de algunas historias, soy como Candy Candy pero sin Annie,
 y sin principe azul.

Ya no tengo droga supervitalizante, la de mi Bea en su pueblo de Santander, que habita en un libro con portada verde manzana, la de la casa en el árbol, la loca que despechada volvió a casa de sus padres, esa joven arquitecta que en dos meses vio a mucha Gente que viene y Bah, se ha ido, la finiquité esta tarde, sin risas, hecha un mar de lágrimas le dije adiós, yo es que para las despedidas no valgo, soy demasiado mártir, y ante los finales inevitables vuelta al llanto melodramático, si es que reír y llorar muchas veces van de la mano.

Mañana buscaré la felicidad en otra parte, no me va el rollo ese de que la felicidad está en el interior, que va, que va, milongas, y mira que me río de lo que haga falta, de mi misma, de Janerio y todo lo demás, pero, siempre hay un pero, toy tristona sin mi Bea, malditas historias que acaban, debería haber escrito Laura Norton una saga, si, claro, y no la mierda esa de 50 sombras de tal y tal.

Mi Bea estaba tan feliz haciendo el mahara en su pueblo, cambiando su vida y la de su familia a cada página, perdiendo los papeles más que yo misma, que en eso tengo nivel experta, y va y decide que 477 páginas son suficientes, NOOOO, de eso nada monada, una segunda parte esperaré y si no soplaré, soplaré y tu casita derrumbaré.

Es una triste pena saber que las cosas buenas acaban, que perdemos gente en nuestras vidas, que la eternidad sólo le pertenece al tiempo, que igual que nos dicen hola, nos pueden decir adiós, y para eso no estamos preparados, no, tantas personas que conocemos y ocuparon sólo un espacio, gente por categorías, a corto, medio y largo plazo, nadie perenne, ufffff.

Y para colmo de tonterías esta semana he sentido un vacío o dolor robados, agonías soydios, se murió David Bowie, y al ver la cantidad de gente que lo ha sufrido, llorado, cantado, llamado, ado, ado, ado, me puse melancólica, pensaban que él era eterno, se les fue un Dios, y aunque para muchos es una estupidez idolatrar, me di cuenta que no es eso, entendí que querer incondicionalmente a un mediodesconocido también es amor.



Lucía Morales.

sábado, 9 de enero de 2016

DP Jarecrisna, jare, jare. DP 94



Para todo hay un nivel en esta vida, incluso puede que para algunos no haya sólo uno, en mi caso concreto hay dos, o tres, o mil, o chorrocientos mil, es por eso de no tener a cada rato las cosas claras, por la bipolaridad esta que me acabará matando, es oficial, explicoteo, dos puntos

Fueraparte de la monotonia del marujeteo y tal, tengo muchos momentos de reliarme, porque hay días que me levanto con una extraña sensación en mi precioso y proporcionado cuerpecito, me despierto con unas ganas enormes de que me pase algo bueno, si, mi flipe es brutal, me pongo ropa cómoda y calzado deportivo para hacerme un millón de kilómetros y ver si se me pasa, pero no se pasa, al contrario, andar más que las Muñecas de Famosa me produce más subidón, es que voy con mi ipod todo moderna, adelgazando sin esfuerzo y con el sol dándome en mi carita de treintaipocos. La vida es de siempre muy injusta, pero hay momentos en los que siento cierta equidad, producida por un descontrol de dopaminas bestial, bien lo sabe dios y cualquiera que haya leído un mínimo de psicología o psiquiatría.

Es por eso que disfruto tanto de las películas de colgados, como por ejemplo El lado bueno de las cosas, con mi futuro marido, Bradley Cooper, es importante entender el cuelgue ajeno si queremos que la gente entienda el nuestro. No digo que sea tan importante como la paz mundial, pero ahí ahí andan. Y total, que amo a Bradley Cooper desde hace tiempo y en silencio, como las hemorroides, y como soy bi para todo, también amo a Jennifer Lawrence, soy poco original en mis amores por muy bisexuales que sean, lo sé, lo admito y no por eso me retracto, la Jennifer ha subido el escalón de mi divinidad al ponerse rubia, amo a las rubias falsas de Hollywood, son todo lo que siempre quise ser.

Parte de la culpita de mis subidones felizones son por un libro megacomercial y simplón, Gente que viene y bah, me lo ha emprestado mi hermana chica, que es lista pero lee cosas insustanciales. Pos eso, que me meo toa leyendo el tocho comercial, y me dura horas y horas, y como efecto colateral no le grito a los niños ni al hombre que vive en casa, o les grito menos, y parecemos una familia que come perdices a cada rato.

Cuando me levanto con la sensación de querer cosas buenas y con la sonrisa puesta, dejo de odiaros a todos, podría ponerme una sábana naranja y cantar jarecrisna, jare, jare, repartir florecillas e incluso hornear galletas y pasteles. He hablado todo esto con mi amiga la rubia y sospechamos que puede que sea yo una persona de esas que tienen esperanza e ilusión, este tipo de conjeturas me dejan más loca todavía. Es brutal lo que hacen las hormonas conmigo, pienso mucho en mi carrera escritural, en que yo podría escribir como Laura Norton y todas esas mujeres que publican libros chorras como churros, pero me entran luego los bajones y claro, en modo hundida es otro cantar, y no el del Mío Cid precisamente. 

Y así voy, dando bandazos por este mundo, a expensas de la química que me maneja, vendida perdida y muerta de amor por cualquier hombre alto con ojos claros y pecho ancho. Qué vivan los días de querer comerse el mundo y llenos de subidón! Qué vivan todos los tarados que me hacen sentir del montón!

PD: Querido Bradley, I love you, I hope than you love me someday.



Lucía Morales.

Mi CV está aquí. Dp 124

Estaba tomando cañas, dos puntos No recuerdo la última vez que escribí un Dp, seguramente hace demasiado, demasiado de todo, para ca...