viernes, 21 de marzo de 2014

Autoengaño circular. DP 15



Tengo como religión, algo que descubrí hoy, y yo ajena, el Autoengaño, es mejor que la autoayuda, o peor, según me levante, según me quiera traicionar.

Como dice la canción, una luz que se me escapa, y otra que me da miedo. Días de levantarte y pensar que eres joven, tersa, turgente, fresca, guapa, inteligente, original, artista. Días de ser la que lleva la edad de tu carné y te demuestra que se te está pasando el arroz y con él los días, desvaneciéndose sin piedad, días de verte las neuras, las psicosis, las arrugas ya marcadas, las heridas que no sanan.

Soy bipolar hasta extremos ilimitados, si hoy es negro, mañana veré lo mismo en blanco. A veces sólo, de solamente, basados en no encontrar los zapatos adecuados, quizá los que me iban a ayudar a poner por fin los pies en el suelo.

Puede que mi engaño subjetivo sea de la misma envidia que me pasa al mirar al mundo, en ocasiones creo que puedo llegar a ser el aberrunte que me mueve en ese momento, y cuando la verdad me parte la cara, en toda mi cara, el jarrón es tan de agua fría que recuerdo que soy poco más que eso, el hada, pero no la madrina, no, soy helada.

No estoy graciosa, ni lo pretendo, pero es que sin zapatos de pies en el suelo no me encuentro, y no me encuentro porque no estoy. Quiero que me publiquen, pero nunca le he mandado nada a una editorial, quiero hacer una carrera preciosa, filosofía, pero nunca mando la matrícula a la UNED, quiero ir al Festival de Cine de Málaga con la sonrisa puesta, y con ropa de siempre, zapatos usados y aún así, creerme estrella. A necia es difícil ganarme.

El ser humano es el único ser vivo que miente, acaso es esto el principio y fin de cualquier pregunta o respuesta? Sobran tantas frases y pensamientos que, además de dormir, comer, cagar y respirar, lo demás creo que se sobreestima. Ejemplo, sociabilizar, el humano es sociable, pero ya somos virtuales y sin wasap no somos nadie, y no lo sabes? antes la última actualización que una barra de viena. La soledad es eso que rodea nuestra generación.

Y te casas de blanco, con tu convite y tu álbum de todos, y piensas que es para siempre, que con el príncipe azul comerás perdices, pero, alma de cántaro, quién te dijo que te gustan las perdices? quién te engaño tanto? seguramente tú misma, no, la sociedad, no, es por eso de ir queriendo quedarte con emociones que no te pertenecen.

Tampoco nos pertenecen muchas alegrías ajenas, los cartelitos del Facebook no serán nuestra biblia, ni los chistes más graciosos serán los que nosotros hemos contado, y los viajes de los demás no son los que estamos disfrutando. Y no, no cantas bien en el karaoke, Lucía, no, cantas mal, y mal de cojones, como tantas cosas que haces mal, y que repites, en esta espiral de días llenos de mentiras.

Vivo la vida a mi manera, y realmente no me afectan los juicios ajenos, pero, si esto es verdad, a cuento de qué tengo tan miradas las visitas al blog? Autoengaño. Rotundamente soy un ser insignificante, sin grandezas, este Universo es demasiado inmenso, y mis aportaciones serán tan pocas que no cambiarán nada, ni a mí misma, me engaño incluso en mi muerte, pienso mucho en el epitafio de mi tumba, no quiero que me incineren, quiero que me entierren en El Burgo, con una bella frase, sin fotos, sólo la virgen niña cerca, pero, también sé que sólo, de solamente, es un sueño estúpido y algo trágico.

La gravedad hace que tu piel caiga poco a poco, la gravedad de pistas de hacia donde vamos, es una realidad de nuestro futuro, pero seguimos con la cabeza llena de pájaros volando a ningún lado. No llegaré a ningún lugar sin la fuerza de voluntad suficiente para luchar en lo que creo, pero creo en cosas tan efímeras como yo misma, consecuencia, soy poco más que el aire de una pequeña brisa, a veces doy frío, y otras refresco en verano, pero me iré y casi nada quedará. 

Conformarme con respirar y algún día perderme, un día, quizá dos, rompiendo la monotonía de una maruja desaprovechaita perdía.

Esta semana leí un pedazo de novela, Guía de hoteles inventados, y se me cayeron al suelo muchos ladrillos de mi castillo de cristal, un buen libro, un gran autor, y zas, jarrón de agua fría en mi ilusión de publicar. Normal que me bloquee Anagrama, es para que manden a alguien y me den dos tortas por presuntuosa. A mi presunción me la cargaré a base de verdades y tortazos. A mis ilusiones no les daré de comer, el día que quiera escribir cosas graciosas volveré a intentar sacaros sonrisas, y el resto mejor no digo nada.




La constancia, maldita cualidad que olvidé en un cajón con tantas otras cosas ya en mi tierna infancia, cuando me engañaba con ser actriz, o cualquier chorrada, me daba igual, soñaba, soñaba.

Seguiré chupando del frasco de las emociones ajenas. Si estoy muy quemada me pongo ropa de deporte y subo un monte, con mis zapatillas casi nuevas, mi pantalón profesional, mi ipod, mis débiles piernas y una quemazón instaurada a largo plazo. Si dejas que algo se siembre en ti, por pequeño que sea, luego echará raíces y se quedará para siempre, procura sembrarte de cosas buenas, alma de cántaro, procura no envenenarte, o será una muerte lenta y segura.

Envidiaré vuestras felicidades, pensando que son mejores que las mías, y lamentaré cualquier pena, por pura e insana empatía.

Ahora quiero un perro, estoy emperrada, con esto confirmo que tengo un hueco como un demonio dentro, si, como un demonio de grande.

Quiero reirme hasta caer desfallecida, quiero no tener problemas, como las princesas de Disney, quiero hacer milagros, sin estar bendecida, se me olvida mi faceta humana, me autoengaño, y es sólo, de solamente, culpa mía.

Por mucho que quisiera correr hacia ninguna parte, o subir el monte más alto, sé que nunca ganaré ninguna medalla, ningún premio, mi acuciante búsqueda de una preciosa salida está bloqueada de momento, por algo parecido a la locura.

Estoy como la canción de Kiko Veneno, que dice, si tú no te das cuenta de lo que vale, el mundo es una tontería, pero me quedo ahí, ya sé que el mundo es una tontería, y paso de darme cuenta si valgo o no valgo.

Queridos lectores, con esta entrega no alcanzaré las 2000 visitas, me quedaré con la carapartía, me negareis mil veces, pero prometo volver la semana que viene con algo más de alegría. Mientras cuidaré del hombre que vive en casa, de su clavícula partida, seguiremos sin dormir por su dolor, seguiremos tomando pastillas para ocultar lágrimas, pese a todo seguiré.




Desde mi espiral infinita de nada me despido sin dejar de razonar sobre la esfera del mundo, radial, como muchos pensamientos.

Lucía Morales en modo Inés delalmamía



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