martes, 11 de marzo de 2014

Enfermerita, maruja, y dos estrenos peliculares. DP 13



Las cosas marujiles se pueden llegar a acumular, y pasamos de un barrío y un fregao a complicarse todo y no dar a basto, ni queriendo ni pudiendo.

No destaco por mi amor a las labores del hogar, pero pese a eso las llevo casi al día, ya sabemos que la plancha no cuenta, no reventara planchar, no destaco por mi faceta culinaria, pues paso muchos mediodías sola y no veía necesidad de darlo todo en la cocina.
En resumen resumiendo, dentro de mi monótona existencia, y mis laboras artísticas, musicologear con los niños, pintar tejas, escribir para que me hundan editoriales nacionales, y pasar más tiempo del necesario ancá Youtube, lo llevaba más o menos bien.

Pero hay un hombre, que viene a dormir a casa, el padre de mis hijos, el deportista andaluz que vive entre montañas, carreteras, gimnasios y maratones de todo tipo, ese hombre que vivía ajeno a mí, y yo a él, ha sufrido, deportiveando, un accidente y se ha roto la clavícula, y ahora está en casa de reposo, y la cosa puede durar un mes, o más.

Me ha cortado el rollo, tengo que hacerle de comer, asearlo, cuidarlo, ponerle mil cojines, medicarlo, lo que yo llamo endrogarlo, endrogarse es meterse pastillas por un tubo, pero recetadas, calmarlo, acompañarlo, alimentarlo, llevarlo al baño, y un largo etc que se pueden imaginar.
Y conste que al principió me molestó el asunto, pero ahora lo llevo más o menos, que significa, que no lo quiero matar. Pero este cuidar con mi endeblez acarrea consecuencias, tengo contracturado el hombro izquierdo, el cuello, y me duele mi braziiito, puede ser de ayudar a incorporarse al lesionado que habita en casa, pero realmente pienso que es pura envidia, no me importaría fracturarme o lesionarme y estar una temporada en máximo reposo, ainsss, no iba a caer la breva. Ahora soy Enfermerita de mierdecilla y cuidar cuido, pero lo hago regular.

El día del percance no pude ir al hospital a la horrible sala de urgencias, y sólo, de solamente lo recogí a la salida, le monté un pollo importante, ya sabía que me quedaba una racha de trabajar duro y se lo tenía que hacer saber para que no viniera muy víctima, pero cuando llegó al hogar conyugal y vi la gravedad del asunto y lo mucho que duele eso, me empezó a dar lastimita, hemos estado dos noches sin dormir, él por dolor, yo por empatía madril, y ahora ejerzo sin hostilidad. También estoy más suave que un guante porque tras la caída le puse una chaqueta de chandal con algodoncito dentro, para calentarle, claro, y no caí en que tenía todo el brazo estrozado y zolladooo perdío, a los dos días, para asearle, le quise quitar la chaqueta y tenía medio brazo pegado, pero pegado, le di tirones sin piedad, y ahora tiene un bujero en la zona, mea culpa, mea culpa, y aprendí a curar mejor las heridas.

Además como no puede hacer nada el buen hombre lisiado se la pasa viendo la tele, odio la tele, ese ruido de fondo, tantas horas me vuelve más majara, pero no rechisto, qué va a hacer? es que no puede hacer otra cosa, no se va a poner a mirar la pared y quedarse chalado.

Pero sigo en mi lerderío habitual, ayer me decía el afectado que tenía la mano hinchada, y no le quise hacer mucho caso, también es porque estoy cansada, pero muy cansada físicamente, total, que hoy en el aseo, basado en restregarle toallitas y apretarle los vendajes raros, he visto que tenía el brazo todo hinchado, la mano inflada como si de un guante tipo globo se tratase, y puede que mañana, si la cosa no mejora, tengamos que salir corriendo a urgencias, y así me verán la cara las enfermeras y enfermeros y dirán, mira ésta es la que no vino el otro día.

También meto la pata en la dieta, lo estoy poniendo cebado, y de rebote me cebo yo, el pobre, cuando quiera volver a subir en bici tendrá que adelgazar de 5 a 10 kilos, si, a ojo de buen cubero, pero yo, que soy divina e inútil, no creo que engorde, la grasa lleva enfadada conmigo tanto tiempo que creo que no hay reconciliación posible.

Sigo ejerciendo de madre, y todos tenemos ahora platos donde elegir, limpio más que antes, vienen visitas por el enfermo y mi casa tiene que brillar más que los chorros del oro, sobre todos los baños, me gusta que la gente venga a casa y mire el brillo de mis baños, es la manera de demostrar mi higiene, soy absurda hasta el extremo.

He dejado por un tiempecito abandonados mis libros, no tengo tiempo para ellos, ni cabeza, una triste pena, pero ellos me esperan, sé que me esperan. No quiero dejar muy de lado mi vida social, basada principalmente en cumpleaños infantiles, pero no sé si puedo dejar al opá solo, y tengo dudas al respecto.

Y la semana que viene comienza el Festival de Cine de Málaga, llevo un año esperando este festival, yo, digo YO, en mi insignificancia salgo en dos de las películas, de extra, pero salgo. Avisados estáis, aparezco en 321 Michigan, y en Las hijas de Danao. Dos estrenos en una semana, una maruja como yo es mu fuerte, no tengo invitaciones pero intentaré ir para buscarme en la pantalla grande y engañarme todo lo que pueda y un poquito más.

Podré ir a ver alguna de mis películas? Podré dejar al herido sólo unas horas? Me volveré una estrella de fama mundial y podré agradecer de una puñetera vez un premio a la Academia?
Me volveré ermitaña? Engordaré? Aprenderé a enfermarear? Me romperé alguna vez en mi puñetera vida un hueso? Habrá paz para los malvados? Se puede salir más fea en la foto que he puesto? 

2 comentarios:

  1. Ay omá, pobre opá ¡¡¡¡ pero tantas dudas finales me han superado. Ah¡¡¡ lo que no se me olvida: no te perdono que la grasa te huya.

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  2. jajajajaajajaj, si, la grasa es incompatible con mis nervios nerviosos y mis estreses

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