sábado, 19 de abril de 2014

Todo y nada, delirium. DP 21.



El tiempo es un misterio de la fe. Ea, soy consciente y lo explico. Hay días que al levantarme me parece ser años mayor y voy por el mundo con esos años regalados, de golpe, en horas y todo cambia en su contexto. Mi mente va a cumplir 90 por cansancio y 16 por aptitud adolescente, comportamientos jóvenes, piernas largas, caderas estrechas, pensamientos agotadores me conducen directamente a la bipolaridad, genéticamente además estoy predispuesta, se me juntan tos los factores.

Ejemplo, voy al Covirán, y se me hace un mundo, lo vivo tan intenso cada momento que no paro de fliparlo constantemente, y no entiendo como la gente puede ir con esa cara de amargado por la vida, que sí que estamos en crisis y eso, pero coño, sonríe y flipa, que es gratis!

Entro, bailo, cojo la cestita de ruedas, si, sé, ya lo he contado, y me lanzo por esos pasillos de todos los días y que me siguen resultando extraños, tengo que recordar que además de pan hay que comprar más cosas para hacer unas comidas familiares. Virgen! y vengo sin nota! otra vez me tengo que salpicar los sesos y mirarlo absolutamente todo, para recordar lo necesario, y como paso de recordar tengo un plan infalible, comprar siempre lo mismo, sólo dejo al azar la carne, pero hasta me repito en las dosis de embutidos, parezco más interesante leída, pero como consumista de comestibles soy de lo más soso. 

La gracia viene cuando hablo con los tenderos, palabra que se está perdiendo, es una pena, la repito, si, tenderos, y ya estás un rato de chachareo, sin problema, cualquier tema es bueno, no tienes que llevar el guión preparado, y sin barreras mentales le cuentas algo de tu vida totalmente íntimo, y que sabes que de ese mostrador no saldrá, tampoco es que haya contado yo grandes cosas, básicamente por no pasarme nada tan íntimo ni personal, pero sino fuera por eso, les abriría mi alma y la limpiaría allí entera, como ellos hacen con los pollos, sin pudor.

Leche, gelatinas, café, zumos, batidos, azucar, pan, aceitunas, y pocas cosas más, ya tengo el carro lleno y voy a vivir la gran aventura, pasillo por si me encuentro con alguien y pego la hebra, pero sólo, de solamente, que trabaje allí, los vecinos no me interesan lo más mínimo, son sosos. Llego a la caja y mis amigas están allí y nos ponemos requetecontentas, sin vernos 24 horas! nos llamamos entre nosotras Ainhoa, más que nada para no liarnos y para que quede constancia de que somos la misma persona al compartir unos pocos metros.

Me cuentan todo, paramos la caja, que tenemos millones de cosas que decirnos de nuestras horas ajenas, y nos reímos tela, y nos registramos los móviles, nos enseñamos fotos, y no me voy, que estamos de chachareo, es duro salir de allí y vivir en el mundo con otras personas que no saben lo grande que eres, y el desaprovechamiento que tengo como ser humano espectacular, alguien que más o menos ya entra en mi círculo más íntimo es el del kiosco en el camino entre el supermercado y mi casa.

Pedir algo en el kiosko es lo más parecido a una epifanía, el sol brilla en sus cristales, se te aparece de dentro, si aparece de aparición mística, el kioskero y con su sonrisa vuelves a tener ganas de contarle tu vida, obra y milagros, luego, bajo tu escalón de aluminio te das cuenta que sólo eres un feligrés en ese mausoleo de chucherías y que la divinidad es él que está dentro, le das tu penitencia, el dinero por ser devoto del Dios de las chuchee. 

Cuando llego a casa he tenido tanta cantidad, e intensa, vida social que me doy por satisfecha, y voy a recoger a los niños con la cabeza baja, para no tener contacto visual con otro humano y más conversación, que ya voy servidita. Levanto la mano a algunos y corro, ya estoy en casa para comer, a salvo de esa gente que vive fuera y que no quiero que me cuenten su vida, que con la mía ya tengo bastante.

Y en las infinitas tardes de conservatorio también me niego a cogerle cariño a otras madres, que no quiero que me cuenten sus cosas, lo juro, si no es algo muy muy interesante, por favor, no me molestes, que estoy leyendo, o pensando.

Todo esto no es entendible desde fuera, si sólo se me lee, pero quien me conoce sabe que un día conmigo puede ser una verdadera odisea mental, me cuestiono absolutamente todo y saco mis teorías de mierda, las cuento como lo más grande, más que la Jurado incluso, y ya soy 5 años mayor, las cosas que se ponen ahora en los cartelitos del Facebook las sé por mí misma hace décadas.

El runrun marujil está mu mal visto, no se valora la filosofía femenina, soy una ilustrada, al dominar tantas artes además me considero más del renacimiento que de este tiempo. Y que me sienta en ocasiones patética es por no tener un editor ya llamándome por teléfono, antes adivinado por obra y gracia del espíritu santo. 

Esta historia es para contaros que una de mis amigas del Covirán hoy por fín me pidió mi Facebook, la agregaré y sabrá todas mis verdades tras las paredes rutinarias lineales verdes, y se enterará que en realidad mi vida es tan triste que cuento las tonterías que me pasan allí, y poco más. Cuatro fotos en Facebook hacen tu vida envidiable y frenética, pero eso es lo que veis, lo que no veis es mi ropa de loca y pelos despeinados recorriendo los mismos metros y pensando que pienso más que los demás, y mejor, por supuesto, pienso mejor.

Y no me parte un rayo.

Mundo mundial, me debéis pagar por existir, qué alegría de soñar, qué no tienes dinero para vacaciones, habla conmigo un rato que marcamos un destino y mínimo una tarde lo vivimos completo, imaginando la cantidad de cosas que podrían pasar, dando por sentada tantas aventuras, olvidando frustraciones y simultaneando universos paralelos. Ser madre y viajar a cualquier lugar sóla o con amigas no es incompatible, sin culpa, aprovechando y estrujando los minutos.

Cuando repito cosas aburridas me subo un monte, hago fotos, me siento en una piedra, miro flores, admiro una verja y me recuerda que cuando vuelva a casa tengo que recoger la ropa, pierdo neuronas por chorradass, pero mi casa recogía, y ya te digo, la ropa limpia y tendía.

Estoy harta de tanta tontería, a fliparlo un rato, que total, la vida va a seguir pasando igual, y ningún día volverá a ser por ejemplo, 19 de mayo de 2014, leches! Vive! Resucita! que lo que ves en la tele son películas y vidas ajenas, llena la tuya! monta tus pelis! y luego, así, si me entrarán ganas de escucharte mundo, a mis ajenos aburridos, si se atreven a vivir sin miedo, sin vergüenza y estrujando momentos.



PD. no puedo perdonar que mi mejor entrada, la del subcielo haya sido la que ha tenido menos visitas. Y un premio a tí que has llegado hasta el final de este texto insustancial.

Lucía Morales.


2 comentarios:

  1. Montamos una película con niños este verano y como exteriores Cabo de Gata? O nuestra versión del video clip de Bisbal, yo pongo los rizos si no me he rapado q me ronda otra vez mis neuronas marujiles

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    1. buena película, me gustas tú, tu familia, los rizos, almería y cabo de gata, eah

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