sábado, 5 de abril de 2014

Resurrección. DP 18



Abril, aguas mil, flores y achís, sol y más sol, es hora de renacer, es la hora de darle un nuevo toque a mi modo maruja, de decorar el blog yo misma, llegó mi Resurreción.


Preferiría no hacerlo. Me encantaría hacerlo. Reacciona!

No seré yo quién juzgue ninguno de esos comportamientos, sólo de solamente, quiero no ser un zombie y encontrar una nueva forma de Salvación.

Mi misticismo es tan íntimo que se limita a creer fervorosamente en las Vírgenes, y sobre todas, Mi Rocío, la novia de Málaga. Faltan pocos días para que esa mujer de blanco se pasee por la calle y nos de a todos en la cara, nos plante humildad, compasión, conciencia, fervor, pasión, tranquilidad, paz, amor, amistad, compromiso, y mil millones de cosas positivas a las que me niego a poner ni hoy ni nunca delante una palabra. Demasiado. Nada bueno ni bello puede ser nunca demasiado, no veis que es necesario? Que es todo lo necesario.

Esta semana no me faltó un detalle, musiqué corriendo de mi casa al conservatorio las tropecientas veces de turno, me volvieron a pitar todos, no faltó ningún pretendiente al infarto, busqué aparcamiento, tuvimos concierto, ea, accidentes infantiles, cuasi del mismo materno, pero se nos concedió una misericordia que antes no conocían mis ángeles custodios, tuvimos visiteo en casa para ver al hombrerotoclavicular, ya mueve un poco el brazo.

Estuvimos en la revisión del traumatólogo y nos sentimos una raza inferior e incapaz, ante un médico de la Seguridad Social no se puede hacer ni decir nada, en sus dominios estamos presas de sus pronósticos y de sus desafiantes miradas, ya sean a nuestros ojos o a los informes que todo lo dicen acerca de nuestro futuro.

Please, si alguien en el mundo mundial queda por venir a ver al opá, coño! no quiero, que no me gusta ser anfitriona, me gusta ir a mi bola, que no es tan grave, que ya está mejor. Qué cruz, qué mes de enfermerapuedocontodo, NO, NO puedo.

Ví a una niña de días preciosa que llaman Ona, de Mariona, linda, guapa, pequeña, prometedora, tragona, perfecta, comunión de dos personas que quiero y admiro.

Compré en mi supermercado de siempre, con ese cariño que nos inunda, de amore nos hablamos, me hacen sentir tan importante, a veces se pelean por estar unos minutos conmigo y compiten para ver quien es mi mejor amigo. Molan las competiciones fraternales.

Jugué a los autoengaños, a las envididas, al correcorrequetepillo, basado en recoger tuppers, mientras tenga un ortopédico en casa la familia nos seguirá alimentando.

Anduve por el monte, subí muy alto, con mis fotos artísticas, insisto en que como fotógrafa tengo una gran desaprovechamiento, soñé con proyectos de futuro, quiero presentarme a varios concursos de escritura, no por el premio, sino por creerme. Limpié y limpié y limpié. Pero de lo mejorcito semanal fue y es leer a Bartleby, el escribiente, de Melville, a los pies de Melville, a los pies de su tumba.

Estuvimos de ensayo orquestal, de reunión cofrade y de compras industriales. Y ahora, dentro de esta locura delnodescanso en la que me sumerjo y en la que parece que me voy a ahogar, os contaré lo que me ha ayudado a no morir por ser yo. The Karate Kid, la versión nueva del hijo de Will Smith, Jaden, lo adoro, la mirada de ese niño se me ha metido dentro y aplaca mis nervios, la mirada de un niño negrito ajeno, en una película comercial fue mi Salvación y el principio de otro principio de mí. Resurrección.

He vuelto a tener sueños que recuerdo, y a tomarme en serio a la vez que me río de mi misma. Compré lienzos, para probar y no pintar sólo tejas. Tengo nostalgia, es lo único que me pone algo triste, de mi Baricco, sigo esperando que venga, el que antes creía que era mi salvador, el que tanto me enseñó, ya está ofertando en su escuela de Turín el acceso al próximo curso, y no iré, duele.

No paro, no sé hacerlo, ni sé si quiero, es hora de que me secuestren, o haré como el exnovio de Falete, me autosecuestraré con un saco cutre y pediré un rescate, con el dinero que nunca llegará me iré a un lugar lejano, para sentir a los míos más cercanos, ciertos roces a veces escuecen, aunque no sean con mala intención. Como víctima de un secuestro estoy desaprovechaita perdía.

Escribir y no contar nada se está convirtiendo en parte de mi monotonía.



El dolor es un camino a la Resurrección.

Lucía Morales.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi CV está aquí. Dp 124

Estaba tomando cañas, dos puntos No recuerdo la última vez que escribí un Dp, seguramente hace demasiado, demasiado de todo, para ca...