jueves, 18 de septiembre de 2014

la luna llorando está DP 46




Una maruja no se cuestiona lo que hace en su monotonía, dos puntos:



Que sí que la vida es muy bonita, es un regalo, cada día una oportunidad, todos los días sale el sol, y santa Rita Rita que me quede como estoy.

Que sí que soy feliz con mis niños, con mi peludo Obi, con mi piso de Teatinos, recinto cerrado con parking y piscina, 4 dormitorios al exterior, patio y su p... madre.

Que sí que tengo más salud que un roble, que tengo buenas amigas, la lavadora y la plancha, grandes amigos, el banco y el ordenador.

Que no me puedo ni me debo quejar, que está la cosa mu mala y me puedo dar todavía con un canto en los dientes, pero, y ahí viene, pero... no hay más?

Que me casé joven y no me he divorciado, raro pero cierto, que no soy tonta ni fea, verdad, pero, siempre hay un pero, por qué parece a vista de todos, y sobre todo de mí misma que no hice suficiente, que mi tiempo no es tan valioso como el de los demás, que no trabajo en la calle y no soy tan útil. Que pisotearme a veces, que no es que suceda, que pisotearme a mi sería más justificable que a los demás.

La manía triste de acostumbrarnos a ciertos estados puede nublar la mente más clara, a lo bueno, a lo malo, a lo que no está ni aquí ni allá. El tragar rutinario de la desidia también puede matar. Buscar fuera lo que te falta dentro, es un error tan común que lo vemos como normal. No, no lo es, no. 

Qué mierda busco? Un puto trabajo que me complete, que me llene, que justifique mi vida, que me de valía, que no me haga sentir chupoptera de esta sociedad.

Todo es mentira, ya sé que es tarde, tengo una edad, ya no me miran los hombres, ni los empresarios, ni yo me miro igual. Ya me toca conformarme con la migajas de quien no sepa negar, ya me toca si hay cuernos, tragar. 

Nadie me cantará la canción de The One I love de REM, ni ninguna, ya sé que no hay príncipes azules, toca sembrar otras semillas y en esta época de sequía regarlas cada día más. Hay mucha gente que quiero ver y no veo, hay cosas que quiero hacer y no hago, hay cosas que siento y me callo, parece que digo mucho, pero luego no hablo. 

Parecer una cosa y guardar en el estómago la verdad. 
La luna mengua por pena, el sol no le quiere decir la verdad. Que no la quiere, que le sobra, que no la necesita, que así él solo brilla más. Que hay mucho cielo y muchas estrellas que no puede centrarse en ella y ya está, y que está enamorado de una joven cometa, pero que la luna siempre será su amiga, y ya está. La luna mengua, no va a menguar?


Lucía Morales

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