viernes, 26 de septiembre de 2014

Obsesión por la evasión. DP 47


Existen tantos tipos de evasión como tipos de personas, dos puntos

Lo que hoy llamamos hobby se puede convertir en tu huida, en la gran escapada de tu vida, hay tantas que sería convertir lo bueno en malo, lo divertido en obsesión.

Deporte, por salud o por vanidad, por ti o por la sociedad, hoy un poquito, mañana más, y más y más. Siempre podrás ser más rápido, subir más alto, nadar más lejos, bucear más profundo, sudar hasta que el sufrimiento convierta tus dopaminas en el placer que no encontraste en tu rutina, en tu pareja, en tu verdadera vida. Suda la camiseta ya que no sudas las sábanas, perdiste el encanto de hacer sudar a la otra persona, persiste esa forma de disfrutar con tu pareja y buscaste sudar en soledad, esa soledad de las que huyes pero que corre más que... es más grande que tu, te apoderará, te absorberá por completo, te devorará, pero sigue engañándote, sigue mintiendo al mundo, que seguro que eres esa persona inteligente que se excusa por todo y tiene teorías para rebatirnos, si, las tienes. Sudar puede ser una forma muy cobarde de llorar.

Internet, la puta de hoy en día, el verdadero amigo de la soledad de todos nosotros, perenne en tu vida, en ti mujer, en ti hombre y hasta en tus padres y lo peor, en tus hijos, ellos también agacharán la cabeza y dejarán de ver el mundo por leer sus wassaps, por buscar la verdad en wikipedia, y descargarse poco a poco, desprogramarse, venderse barato, incluso puede que regalen su alma a extraños, que son los desconocidos bicheadores, chupan tu vida, vampiros.

Las drogas, siempre presentes, la historia del ser humano es la historia de los estupefacientes, del estar ciego por no poder superar la realidad, ni aceptarla, ni quererla rozar. Ese ciego que te ciega, que al principio te gusta, te encanta, que luego te deja expuesto a su control, ya no serás dueño de ti mismo, ya vivirás muriendo por dosis de elevación falsa, acabarás odiándote, acabarás como empezabas, odiando al mundo. El mundo es ese lugar lleno de gente imperfecta que al no saber como actuar, hace lo que puede, es  decir, improvisa, y las consecuencias de sus errores siempre son nefastas, para qué vamos a pensar que son maneras de aprender, no, repitamos lo mismo, ritual de dolor, evasión. Bebe, fuma, inhala, esnifa, no admitas tu dolor, no, tapa, pronto no habrá nadie que te aguante y habrá merecido la pena. Desapareciste por evasión.

Televisión, no hay nada peor, o si, caja tonta para tontos, dosis de programas que no tienen mucho que ver contigo, pero que te tragas como si no hubiera un mañana, a falta de construir tu camino te conformas con ver el de otros, que tuvieron el talento para salir en la caja tonta, recuerdos vacuos.

La comida, las hambres insatisfechas, come y come, zampa y zampa, que todo el amor que te falta está en esas calorías que te sobran, las que te quitarás mañana corriendo, las que te quitan en programas de televisión que hacen un cambio de look, vendiendo un cambio de mente. Zampa y zampa, que el azúcar embriague tus células para luego sentirte sucio, arrepentido, arrepentida, eso es otro vicio.

El dolor, querer y disfrutar sufriendo, te martirizas porque no sabes encontras la felicidad, no sabes mirarla a ella, no la encuentras, no la tienes y ya está, hiérete por ello, ponte la mantilla negra hincada con esa peineta llena de clavos en tu hueca cabeza, ponte a sufrir y estarás más cerca del misticismo, no duermas, tortúrate pensando en tus demonios, o en buscar culpables fuera, si, vuelve a odiar a esta maldita sociedad.

Perdonar, justificar, no saber enfrentar, inventar, no luchar, no querer mirar a los ojos de los demás. Perdonar, perdonar, vicios malos perdonar, fustigarse, fustigar, el corazón enterrarás.

Somos esclavos de las modas, de los otros, y de nuestra propia maldad. Y ahora sal a la calle y vende al mundo todo lo que antaño conseguiste, anda y sal. Evádete de ti mismo, buscando putas si hace falta, qué más da. Mañana tendrás otra oportunidad para seguir errando, para llorar y para sudar.

Cierra los ojos como yo lo hago, sigue queriendo la ceguera, ámala, ella te espera, te amamanta, te alienta, la verdad es todo eso que negamos mil veces y que nos acabará matando, también.

El camino del exceso no trae nunca nada bueno.



Lucía Morales.

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