miércoles, 3 de septiembre de 2014

Mi insoportabilidad. DP 42



Hay días en que debería estallar en vez de despertarme, dos puntos

Hoy ha sido uno de ellos, me veo abocada por mi locura hormonal, en esa atracción de feria que es para mí ser mujer, pensar una cosa y decir otra, querer llorar y acabar trotando como un caballo o estamparme contra un mostrador de carnicería.

Cuando Milan Kundera escribió La insoportable levedad del ser casi puedo jurar que me conocía, hace muchos años que leí la novela y me enfadaba en muchos capítulos, me enfadaba al verme reflejada en párrafos que todavía me enfadan, en actitudes que, como se dice ahora, no eran la actitud, y es que...

Yo no tengo, no tuve y nunca tendré la actitud correcta para casi nada, en ningún lugar, me encargaré con mis niñerías de arruinar momentos bonitos, con mis niñerías, con mis histerias o con insultos fuera de lugar, me encargaré, me encargaba y me encargo.

Hay gente buena que me perdona estos comportamientos, en la papelería donde estuve hoy con mis hijos, hoy 3, a veces 2, cada día depende el número de niños que llevo adosados. En la papelería tuve un ataque de estupidez niñatil, temprano, con toda la calor del mundo, pero con un público que me conocía, a mí y mis arranques, y que por saber que son arranques me perdonan, este público piensa que en el fondo soy buena persona, pero no, soy insoportable, y soy leve, y soy un ser, el ejemplo actual de Kundera, y en vez de castigarme por ello, la dueña del local me ha regalado una funda para el móvil, preciosa, perfecta, con una pequeña muñeca azul tierna y dulce. Todos a comprarle a Mar, al Búho Lector, leches!

Siempre quise ser tierna, dulce, normal, incluso discreta y educada, pero mi insoportabilidad es más grande que todo eso, y me alejo yo sola de lo que no debería, de quien no lo merece.

Quien no lo merece, quien paga mis arranques, quien traga y traga, porque todos tragamos mierdas ajenas para que el otro no se nos ahogue, a mí dejarme ahogarme, que escarmiente, a ver si tengo narices de aguantarme a mí misma.

La estupidez de la que hablo es la que me deja a veces tirititando de frío.

Soy capaz de crear situaciones tremendamente incómodas, y me viene una frase muy bien del libro de Milan.


  1. “Cada uno de ellos había creado un infierno para el otro, pese a que se querían
Debería de volver a las clases de yoga, debería. Pero qué me gustaría? me gustaría que alguien me cantara una estrofa de Camarón que sé que nadie me cantará nunca, porque mi insoportablidad espanta.

Luna quedate conmigo y no te vayas 
porque dicen que a veces 
se tarda el alba 
...
porque la vida se acaba 
y no quiero morir soñando 
como mueren las cigarras.

“¡Quisiera aprender a ser leve! ¡Desea que alguien le enseñe a dejar de ser anacrónica!”

Lucía Morales.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi CV está aquí. Dp 124

Estaba tomando cañas, dos puntos No recuerdo la última vez que escribí un Dp, seguramente hace demasiado, demasiado de todo, para ca...