Lo que cuento puede ser verdad, mentira, o una exageración como un demonio de grande, dos puntos
Mi ciudad está más loca que yo, todos os empeñáis en hacerme sentir una tarada del copón. Aquí hay varios puntos a tratar, o yo estoy muy bien de la pelota o los chalados somos todos y nadie se ve la paja en su propio ojo y si en el ojo ajeno o era una viga o era una astilla, la cosa es que somos tontos tontuelos, sobre todo en Navidad.
Los sábados de frío de diciembre lo mejor es bajar a ver las luces del centro de Málaga, si vives en Málaga, en otras ciudades me importa un verdadero carajo. Puedes bajar en coche, metro, bus, taxi o borrico, si, puedes, pero subir? no hay dios de los cristianos que pueda subir contento, o subir, o estar contento, lo juro.
Este fin de semana me tocó sufrir estos alarmantes momentos multitudinales, en plan familiar, como todos los años, si, intentamos bajar con los niños a pasar la tarde y merendar chocolate con churros, lo malo es que lo pensamos nosotros y mil millones de personas más. Virgen, no faltó nadie, lo rejuro, más gente que en la feria de agosto y en el lunes del cautivo juntos. De los churros ni hablamos, es imposible, de la película Lo imposible, pasar de calle Larios un sábado a las siete de la tarde y hacerte fotos entrañables, sentirte entrañable a la par que das envidia a tus semejantes. No.
Qué podemos bajar otro día? NO, y mil veces no, entonces hoy que cuento? entonces de que me quejo? Mientras el Gobierno no cobre las quejas y reclamaciones seguiré haciéndolo. Virgendelgranpoder, todo para una foto, si, quería hacer fotos tiernacas con los niños y luego felicitaros las fiestas a todos, y no, otro rotundo NO.
Salimos de casa valientes y de día, volvimos de noche congelados y cobardes perdíos.
Me reventó llegar por fin a mi dulce hogar y ver que todo el mundo tiene preciosas fotos en su Facebook menos yo, me reventó y revienta.
Ahora vienen las verdades. No me gusta la Navidad, ni me gusta la decoración navideña, ni los villancicos, ni nochevieja, ni año nuevo, ni porras en vinagre, todo se satura y es falso, debajo de todas esas luces hay más miseria, debajo del alumbrado de calle Larios y la Alameda hay gente pidiendo limosna, llenos de sombras, estorban en momentos de ir a montar a los niños en cacharritos, estorban si vas diligente a merendar, estorban en la puerta de los grandes almacenes, estorban la sucia moral teñida de falsa blanca mentira de la Navidad.
Aquí pongo las pocas fotos que conseguí hacer, aquí dejo la muestra de mi intento de sentir espíritu navideño, conste que lo intento de verdad, pero la realidad es eso que te golpea siempre en la cara cuando intentas ser peliculero, tú lo llamas frío.
El domingo fui más borrega que el sábado, y me gané mil hostias seguidas, la ciudad estaba dividida por una tremenda maratón, mis niños me han rogado no ir conmigo a más sitios este mes, y les prometí no hacerlo, tras hora y media de caravana borreguil, prometí no volver a hacerlo. Odisea soy yo, llamadme así, lo fui para pasar el sábado tarde en el centro de mi ciudad, lo fui el domingo cruzando un lugar lleno de maratonianos que no entendían que quería ir a almorzar a los montes un plato de los montes, por eso de engordar la pava.
Encontré un premio a todo mi estupidez, a mi borreguismo diciembril. Me he portado como una verdadera cerda y por eso había un jabalí en lo alto de los montes esperándome. Seguiré engordando mi nuevo culo gordo y pensando en los indigentes, sintiendo la contradicción a cada paso que doy. Siendo falsa como la coplilla que hoy pongo. Tengo que recordar comprar un billete de lotería de la empresa robona de lotería y apestas al estado. El video que adjunto es imprescindible aunque no actual, como que paso de meter más publicidad al del 2014.
Dedico el videoclip a los que no compran lotería, o a lo que no les toca, la cosa es dedicarlo.
Lucía Morales.
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