martes, 24 de junio de 2014

Págame que me estás queriendo! DP 32.

Querida DP, dos puntos

Cómo estoy de obras, me siento malvada y cruel y voy a hablar de arte, pero que conste que lo hago desde la maldad que impregna todo mi ser por esa taladradora cruel y esa machota golpeando paredes (la raja peluda del culo del obrero también ha puesto su mijilla de hiel al asunto). Y que conste también en acta que esto es un estado coyuntural, que yo soy buena y hace tiempo que me quite de matar, matarme, disparar mataduras y demás menesteres del asunto.

Pues resultar ser que mi amiga L. y yo nos fuimos a un museo de esos contemporáneos (qué no moderno, que no es lo mismo ser contemporáneo que moderno) a ver unas cuantas exposiciones, contemporáneas, que no modernas. Bueno..., íbamos a ver una exposición en concreto, pero ya que había otras dos y somos de natural agradecido, pues también nos las metimos en el cuerpo. Y no contentas con vernos las 3 exposiciones una vez, salimos a tomar un vinito y volvimos a la media hora otra vez, si, lo sabemos, somos jartibles hasta la nausea, pregunten ustedes a las vecinas de L., que cada vez que salgo a fumar un cigarro a su patio, despachamos a Platón, Tomás Moro, Kierkegard, Schopenhauer, Niertzche y Ernest Junger en dos patadas, y para cuando estoy acabando el pitillo, es tal el grado de pedantería que cogemos, que hasta nos damos jartibilidad a nosotras mismas y tengo que apagar el cigarro e irnos del patio. Por eso lo de entrar una segunda vez a ver las exposiciones (¡Y eso que ni siquiera nos gustaron mucho!)


Resulta que dentro del mundo del arte hay una artistas del perfomance (la gran dama del desde hace 25 años) que exponía en nuestra ciudad. Nosotras no vimos ninguna de las actuaciones, sólo fotografías y algunas esculturas, que tampoco creo que hubiéramos podido ver ninguna de sus perfomances porque así, a ojo de buen cubero, creo recordar que la perfomance que menos duraba era algo así cómo 8 horas, y eso tiene que ser mortal para las cervicales.
Había unas camillas de madera para tumbarse con unas piedras grandotas debajo y unos cascos para la privación sensorial del ruido, y tú te despanzurriabas en la camilla, te ponías los cascos y ale ¡A sentir el arte!, que cómo estaba muy cansada, yo aproveché para hacer unos ejercicios de relajación con respiración abdominal a doble tiempo, porque nos dijo la señorita de la sala que podíamos estar todo el tiempo que quisiéramos. Y luego nos fuimos a ver los testimonios gráficos de diferentes perfomances, y video-arte, y esculturas y muchas fotografías de ella, muy intensas la verdad, cosa que a L. y a mí nos dio mucha envidia, porque nosotras salimos monas, estilo niña del exsorcista, monigotiles, tiernacas, etc., pero intensas no, y eso en el facebook duele.
Luego nos vimos la exposición de los muñecotes grandes, y luego otra de pintura por donde andaba rulando un Barceló. Luego salimos, chananeamos un poco, nos fuimos al vino y volvimos, así, sin más, con toda nuestra jartibilidad jartible.



Y al entrar por segunda vez nos dimos cuenta que habíamos asimilado muy requetebien tol arte de aquellas salas. Vimos las mesas esas dónde yo me tumbé a hacer un poco de relajación y le dijimos a la artista que nosotras llevábamos mucho tiempo escuchando a nuestro cuerpo y que manteníamos alguna que otra charleta con él. Y pasamos delante de una fotografía de ella desnuda frente a la entrada de una cueva inmensa y nos dijimos la L. y yo - ¿Lo ves? Semos inmensas por dentro, otra que lo sabe – y cuando llegamos a la fotografía de la perfomance dónde ella se cepilla el pelo desnuda una jartá de horas hasta quedarse espelurciá me dije yo diciéndome – esta mujer se ha operado las tetas, porque en la foto de la cueva, que es más reciente, son más grandes y monas – Si, lo sé, soy un intranscendental, pero cómo ya dije antes, me he quitado de matar, no de envidiar, y los asuntos mamarios a las mujeres hace que nos duela mucho la envidia.


Más tarde volvimos a los muñecotes gigantes de Kaws, y la verdad, si había mensaje, no lo pillé en la primera visita y tampoco a la segunda, pero la foto para el perfil de fisbu estaba cantada. Eso si, sí hubieran estado a la venta por un precio asequible, me llevo uno, porque eso a la entrada de mi casa, entre árboles, seguro que lucía mucho y daba para que mis amigos pudieran sacarse fotos chulas para su perfil de fisbu.


Y para finalizar nos encontramos un Barceló, que yo fue verlo y me acordé enseguida de “Extraños Eones” porque había cómo una cabra oscura colgando boca abajo y muy de los abismos y tal, y cómo tenía el libro reciente....
Sé que Barceló es un reconocido artista en el mundo de la pintura, pero a mí nunca me ha dicho gran cosa. Así que por no desperdiciar el momento, le dije a L – Nena, hazme una afoto en la que parezca que estoy teniendo un sentimiento transcendental y metafísico con esta obra – Ya que de por si, no soy capaz de sentir tal cosa, al menos que lo parezca, que no es por ser repelente, que no es eso, que es que somos agradecidas para todo y nos desperdiciamos naita na´, ni el arte, y cómo luego to lo cascamos por fisbu y pol blog de DP, pues mira, partido que le hemos sacado al arte.

Y cuando ya finalizábamos nuestra segunda visita, le cuento yo a L. que según un estudio antropológico de esos sesudos que lee mi costilla, el arte no es más que una manera de perpetuar la especie. Es decir que la especie humana hace arte cómo una forma extremadamente sutil y rebuscada de aparearse ¡Vamos que hacemos arte para que nos quiera el otro sexo!
Y en ese momento exploto la epifanía en la noche estrellada de nuestras neuronas ¡Ya vale de tanto cortar árboles para hacer libros y esculturas, y de sacar minerales y piedras de la tierra y de robarle pigmentos a la naturaleza! Dejemos de esquilmar nuestros valiosos recursos y seamos artistas sin necesidad de plasmar nuestra obra en ningún sitio. Si al final es todo para que te quieran, es sólo un barroco y complicado artificio de apareamiento ¿Para que andar despilfarrando?.
El artista sabe que es artista, así que ya es sólo cuestión de que el susodicho se vaya a un parque, una calle, un museo o a una biblioteca, ya según las inclinaciones de cada uno, y que hable allí largo y tendido de su modalidad de arte (que el oxígeno es gratis y no malgasta recursos)  y a los que vea el artista que le gusta les dice “¡Págame que me estás queriendo!


Pero oigan, todo esto, desde la más absoluta maldad que supone estar de obras...

Anabel Díaz.

RESPUESTA DE DP: Creo que tu amiga L. si entendió el mensaje de todos los artistas, la pienso mu artistaza ella, y sensible y tal.

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