Desaprovechaita perdía
Llevo toda la mañana dándole vueltas a mi linda azoteita buscando una historia graciosa que contar, es lo que tiene el autoengaño, pero no me han pasado cosas relevantes, miento, me pasan muchas cosas siempre, otra cosa es que me guste un misterio y tal. Y estaba pensando, rebuscando en la sesera y no me venía nada, es lo que tienen las historias imaginarias, que las tienes que montar tú, y me he puesto tela de canciones para inspirarme, de todos los estilos, por todos los canales gratuitos, San Youtube, San Spotify, y he llegado a la firme convicción de que sólo de solamente, puedo contar mi marujil vida.
Me levanto y arreglo a la prole para que vayan al cole de moda, en modo zombi, hasta que no me tomo el café no soy persona, y además de verdad, me gusta ser persona culta e informada y desayuno en el salón viendo la primera cadena, noticias amargantes, mezclado con la segunda cadena, cultura para reventar, intento centrarme en los desayunos de la uno, sentada en un banquillo del ikea, que parece que tengo un poco de retraso, me salen las piernacas por todos las lados, y eso, que intento centrarme en las noticias de mi España y sus economías pero no puedo, acabo siempre viendo la 2, y me siento emerger del soso mundo marujil, ya me entra la cultura a raudales, por los ojos y me recorre todas las venas y capilares, y es que cuenten lo que que cuenten me parece superinteresante, ya sean vacas, caballos, ríos, castillos, las truchas, cocina internacional, me quedó en éxtasis, o entro en éxtasis?, no sé cual es el verbo correspondiente, y dejo de fondo la 2, mientras comienzo a hacer las camas, barrer, fregar, lavadorear y todo lo demás.
El limpioteo me aburre tela marinera, y entro en un plis en una pseudodepre que me puede y ahí recurro a San Youtube y me pongo música molona, esto es muy aburrido, lo sé, lo vivo cada día, es tremendo con el potencial que tengo y para lo que he quedado, pero como tengo una parte inconformista grandísima, al final me pongo a pintar tejas o a escribir chorradas, según me inspire, y ya he vuelto a la culturalidad, ufff, menos mal, que me pesa la casa que se me cae encima. El colmo de la pena es cuando no puedo seguir creando algo, que ya sabéis que valgo pa tó, lo mismo te limpio que te pinto, que entro que salgo, que te hablo de lo que sea, pero la pena y el pesar de mi desaprovechamiento me acaban llevando al supermercado de enfrente, es el colmo de la locura de mi vida, ir a hablar con las cajeras, son amigas mías diría que casi del alma, estoy a punto de agregarlas a mi Facebook, con eso lo digo tó. Y allí estoy un rato diciendo chorreadas, y los días de locura marujil total hasta bailo por los pasillos, vestida con mis mejores galas, el forro polar, dos pares de leggins para intentar abrigar mis piernacas y las botitas de lanita que calientan menos de lo que esperaba.
Al volver de mi aventura en el súper hago de comer, pero no con Radiolé, me pongo música guapa y un video de San Youtube de cualquier tema que me parezca interesante, casi todo lo es, tengo una mente tremendamente elástica.
Ya me estoy dando cuenta que si tuviera que vivir de mi biografía me moriría de asco, pero si se le pone a estas letras mi tono de voz, los movimientos que conllevan y el manoteo que no para, tengo cierta gracia, o quizá no. No sé, qué me deparará esta tarde?
Lucía Morales
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