Desaprovechaita Perdía 5, con Ana.

Hoy colaboración especial de Ana Díaz, no la conozco de nada, se ve que me sigue y le surgen preguntas. Miento tanto que me tenía que partir un rayo, Ana es mi amiga y compañera escritural, soy su FAN.

Estimada Desaprovechaita Perdía:
Me dirijo a usted para consultarle una duda existencial marujil que nadie ha sabido resolverme, y ya que veo que es un campo que domina y se nota que está altamente cualificada, paso a exponerle mi caso.


Hace unas semanas heredé una termomix. Que nunca me había arrumbado yo por semejante adminículo, pero hay tal leyenda entorno a esa olla mágica, que decidí acogerla en mi familia.

El caso es que nos caímos mal desde el principio, empezamos con mal píe, porque nada más verla me dije yo diciéndome:

- ¿Esto que clase de olla mágica es? ¡Pero si no le cogen más de 2 litros! Vamos hombre, ni que yo fuera a cocinar para los pitufos... Que yo soy de cocinar de 10 raciones para arriba
- Oiga Señora, que yo soy alta tecnología de gran precisión – respondió muy ofendida la Termomix. Y muy altanera tuvo el valor de añadir – El perfume viene en frascos pequeños y lo bueno, si breve, dos veces bueno.

- ¡A mí no te me pongas chula-cultural con frasecitas! Y menos sobre alabanzas a pequeñeces, que siendo una fémina de uno y ochenta y muchos centímetros, por cada oda a las pequeñeces que tú me hagas, tengo yo de réplica media docena de sonetos, tres cuartetos y dos sarcasmos que incluyen citas de físicos teóricos – he inmediatamente le dije - ¡Olla mala! ¡Sit, quieto!

Es que verá usted , yo sé mucho sobre adiestramiento canino, que es una técnica muy aplicable a cualquier menester de la vida, y una de las cosas que primero hay que enseñar es que tú eres el mandamás de la manada, y si no te prestan atención y se ponen chulos, los amonestas e inmediatamente les das una orden muy sencilla para centrar su atención.

Es verdad que la termomix y yo hemos tenido un mal comienzo, pero entienda que no podía consentir ese arrebato de altanería por parte de una olla, que en mi manada de ollas mando yo y me las veo todos los días con cacerolas que harían temblar de pánico a los transformers, ¡Chulerías a mí en la cocina no!

Quizás haya sido algo brusca en nuestra toma de contacto, lo admito, y quizás la Termomix estuviera algo resentida, ya sabe lo susceptible que es para sus adentros la nueva tecnología.

El caso es que la olla viene con un montón de cacharricos y un libro. Lo del libro he de decir que le hizo ganar puntos, porque una es de natural bibliófilo y le tengo apego a los de cocina. El libro se titula nada más y nada menos que “Termomix un nuevo amanecer” ¡Ahí va eso! Nada de “Termomix la nueva cocina” o “Termomix la cocina del futuro”, ¡Nooooo!, este chisme es un nuevo amanecer. Que a lo mejor usted, como anda desaprovechaita se pensaba que el nuevo amanecer iba a estar lleno de arco iris y unicornios, o, conociendo a la especie en la que militamos, tirara más al estilo “1984”, “Un mundo Feliz” y si me apura a “Cenital” de nuestro querido Emilio Bueso* ¡Pues no! El Nuevo Amanecer viene de mano de la Termomix ¡No es de extrañar que la olla venga con tanta chulería!


Y no se crea estimada Desaprovechaita Perdida que ahí acaba el asunto. No sólo es una olla de escasas 4 raciones, que es una cantidad que a mí casi me hiere oírlo. Que puede que se esté preguntando usted cuantos churumbeles tengo para cocinar tantísima comida, pues tener tener, lo que se dice tener, no tengo ninguno, en mi casa somos mi costilla y yo, pero cómo vivo en un medio rural siempre tengo ese regomello de se vaya a perder una autobús de japoneses al lado de mi casa y yo sin nada que darles de comer (tengo entendido que en los núcleos urbanos preocupan más los apocalipsis zombies y tal, pero aquí en el campo, como estamos menos estresados, nos preocupan cosas más sencillas)
Además de escasa capacidad y arrogancia en el slogan, resulta que cuando cocinas en la mentada olla, lo echas todo y ahí junto y revuelto, y ella pica, fríe, menea licua y guisa. Nada de morear la cebollita y menearla hasta casi caramelizarla, y luego ir añadiendo poco a poco los ingredientes
¿Dónde queda el arte? ¿Usted se imagina a Picasso juntando colores en un cubo y luego estampandolos en un lienzo de un cubetazo? Eso no es arte, es guarrería.

Y el colmo de los colmos es que con ese sonido runrunero gris, y monocorde de la Termomix, pues nunca sabes que cantarle a la comida.

La mayoría de la gente no lo sabe, pero a la comida hay que cantarle para que coja su punto óptimo de sabor. Por ejemplo, a las lentejas y los garbanzos, que son muy clasicones, les encanta que te arranques con Doña Concha Piquer o Los Panchos mismamente, aunque si tú a las legumbres les enchufas Carmina Burana es que hasta te levitan. El flan es más de Camarón y Mártires del Compás y tiene predilección por los fandangos, nadie lo diría con lo blandito que parece, pero así es. Para las carnes (sobre todo si van al vino) van mejor las música más heavy y metalera; pero cómo la carne no es quisquillosa, no hace falta que se la cantes tú, le enchufas cualquier cosilla de Black Sabbath y ella tan feliz y agradecida. Ell pescado es mi trauma, porque es de natural hortera, y hay que cantarle cosas terribles ¡Si hasta le gusta la bachata!
Pero claro, con el runrun depresivo, que no hay contacto visual con la comida, porque en la olla mágica va todo cerrado, pues lo único que te sale es el chumba chumba ese de “No pares, sigue sigue. No pares sigue sigue...” Y claro, de algo así, no puede salir nada bueno...

Perdone usted estimada Desaprovechaita Perdía que me enrolle, pero es que tengo que ponerla en antecedentes para ver si logra disipar mi gran duda marujil existencial:
¿Cómo coño se abre la Termomix?

*Emilio: Te hemos sacado porque, además de venir al caso, y ser super fans, sabemos que eres de natural agradecido con la raza humana que habla de tu obra, y lo mismo acabamos saliendo en tu fisbu, que para estas dos marimarujis sería como la antesala del Nobel. Claro que..., como tú hablas de cosas profundas como el fin del mundo y eso, pues lo mismo no captas nuestra metafísica marujil... Que tú eres más de negro oscuro tirando pa´ negro, y nosotras estamos más en la línea de me ha explotado la olla exprés y hay una exposición dadaista en la cocina... y claro, pues lo mismo no captas la profunda y filosófica reflexión que hay entorno a la Termomix, pero no te preocupes…pase lo que pase seguiremos siendo super fans, y no olvides que te pusimos al lado de Orwell y Huxley.





RESPUESTA DE D.P.: No puedo decirte nada, persona desconocida que necesitas de mi, que crees que todo lo sé, que vives ajena de las tecnologías y que le cantas a tu comida, lo único que se me ocurre, así a lo loco, y de forma altruista, todo por ayudarte, es que como soy la única española que no tiene el susodicho cacharro, que me lo regales. Más que nada por lo del amanecer que me ha llegado al alma, no soy chochona ni nada, cocinar es un don que se me regaló al nacer, y con muchas ganas, además, es por quitarte ese peso de encima.
MORALEJA: la heredada Termomix de Ana estará desaprovechaita perdía también.

Lucía Morales y Ana Díaz