martes, 25 de febrero de 2014

La Casita del Campo. DP 11

Estar en invierno encerrada produce malapipa en mi cuerpecito serrano, tener poco sol, pasar frío, ir sólo, de solamente al súper, al colegio y al musiquerío me aburren no, lo siguiente. Y aunque soy pintora, escritora, mística y todo lo demás, a mí lo que realmente me gusta es un cancorreo o un chocho literario, que es un evento con libros y gente que publica y lee, la envidia me pone enferma, pero voy y así entro en ambiente cultural para cuando me toque a mí ser la repelente de turno.

El caso es que la cabra tira pa´l monte, y me invitaron a ir a la fantástica Casita del Campo en Alcaucín, me chifla, me chifla y me rechifla, fijaos si mola que hasta desconecto de mí misma, allí, si pudiera me iba a escribir el esperado libro que ya toca, que ya me vale. Ajolá pudiera pasar unos meses allí, cerca el Maroma y ponerme en su amplío patio a tomar el sol mientras invento mi historia, o simplemente la cuento, y tomar vino, calentarme con la chimenea de madera, comer las exquisiteces de Noelia, mirar el Valle de la Axarquía y hacer un kit kat, para escribir necesitas kit katearr.


Me levanté temprano y me fui con mis niños, envalentonada perdía, que es como desaprovechaita pero con valor, conduje, y en menos de una hora ya estaba entre naranjos, aguacates, almendros en flor, bellos almendros en flor, gallinas, limoneros y aire limpio. A los niños ni los vi, estuvieron en la finca corriendo como si no hubiera un mañana y hasta la hora del almuerzo no aparecieron, les he educado desde la libertad de no levantar mucho mi jopo que ya está algo delicado, niños libres, madre feliz, así es.





Como me creo fotografa de la buenas, tenía mis momentos de irme a hacer megareportajes, y aunque me metía ramas por to los lados yo iba feliz, veis? otra vez felicidad, en el mismo día, en el mismo lugar, admito que soy facilonaaaa para el disfrute y la felicidad, que luego vienen los ratos chungosss y perdona, pero a mí que me quiten lo bailaooo.

Tengo que poner letras repetidas porque el puñetero corrector me la tiene juraíta.

En lugares así, como La Casita del Campo, entran ganas de cocinar, de tender la ropa, de sembrar, de ponerte el chandal y no quitártelo, de partir almendras, de recibir visitas, claro si fuera mío, pero no lo es, es el Hostal de unos amigos en plan rural, tiene 5 habitaciones con baño completo en cada una, ni que decir tiene que elijo la que me da la gana cuando voy, tengo enchufe, y como soy mu delicá pa los ruidos, me pongo siempre en la habitación del fondo.

Me gusta el campo, me gusta la primavera, me gusta Andalucía, me gusta la comida que te chupas los dedos, me gusta estar agustito perdía, me gusta pasear y pensar mientras les grito a los niños que hagan el favor de tener cuidaito y que no se me rompan la cabeza con un pedrusco.


Como invitada a estas cosas, lo digo ya, no estoy desaprovechaita perdía, si queréis comprobarlos sólo, de solamente, tenéis que invitarme, desde todos los países que me leéis, y aprovecho para saludar a EEUU, Polonia, Italia, Reino Unido y Alemania. Hello queridos fans, aquí una loca dispuesta a coger la maleta y recorrer el mundo cuando haga falta.

Lectores del mundo mundial, si queréis disfrutar de las cosas buenas no dudéis en llamar por teléfono o contactar por Facebook con La Casita del Campo. Contacto 617 144 661.




Lucía Morales.





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